Por: José Rafael Gómez Reguera
Se cumple este día el aniversario 142 de que en Cuba se viviera otro momento histórico, lleno de dignidad: la Protesta de Baraguá, protagonizada en el territorio oriental de igual nombre, el 15 de marzo de 1878, liderada por el Lugarteniente General Antonio Maceo. Era la lógica negativa de los cubanos al Pacto del Zanjón que había dado por concluida la guerra de los diez años (1868-1878).
La protesta es un acontecimiento que toca de cerca a los cubanos desde los primeros años de vida. El acontecimiento se escenifica con frecuencia en centros educacionales, y es lógico que así sea, por la carga emotiva, por el alto significado siempre lleno de presente, porque claudicar es una palabra que, definitivamente, Cuba borró de su diccionario.
El eterno Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, al cumplirse el centenario de ese viril acontecimiento, expresó: “Con la protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre el espíritu patriótico de nuestro pueblo; y que las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocados en su sitial más alto”.
A 142 años de ese instante en el que el General Antonio se entrevistara con el general español Arsenio Martínez Campos, Gobernador y Capitán General de Cuba entre1878 y1879, refirmamos lo escrito por el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, en carta dirigida a Maceo en 1893: “Precisamente tengo ahora ante mis ojos ‘La Protesta de Baraguá’, que es de lo más glorioso de nuestra historia”.