
Por: Belkis Niebla López
El ocho de abril de 1892, dos días antes de la creación del Partido Revolucionario Cubano, José Martí es elegido Delegado de la organización por los clubes de Cayo Hueso, Tampa y Nueva York, en tanto que Benjamín Guerra recibe el cargo de tesorero.

Con la fundación del Partido Revolucionario Cubano, José Martí buscaba entre otros propósitos unir la voluntad y los recursos de los hombres con el objetivo de organizar, dirigir y llevar a cabo la Guerra Necesaria.
Desde el momento en que se constituyó el Partido, Martí comprendió la imperiosa necesidad de crear una organización política que fuera aceptada por los emigrados, quienes se reunían en los clubes patrióticos.

En ocasiones, se escuchaban diversas opiniones en esos grupos, aunque coincidían en la imperiosa necesidad de independizar a Cuba, a toda costa, del colonialismo español.
Acerca de ese Partido, Martí expresó: «Él es (…) la revelación de cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana»