Chini Guerra: el imprescindible de las estadísticas beisboleras

Foto: archivo

Por: Joaquín Gómez Serra

Hace cinco años partió a la eternidad. Lo recuerdo siempre jocoso, más bien jodedor, amante de los tragos con su inseparable amigo, el trinitario Santiago Escobar, por muchos años el comisionado provincial de béisbol.

Y sencillamente más que amigos, este binomio, eran como dos hermanos porque Ignacio, conocido como El Chini de la pelota espirituana nunca llevó bien puesto su apellido de Guerra Puerta, porque no lo recuerdo nunca peleando ni con las moscas, y mucho menos genioso, tirando una puerta.

Fue, es y será por siempre un imprescindible en la historia del béisbol espirituano. No hubo récord ni estadística que escapara de su memoria ni de sus archivos personales.

Siempre lo recuerdo, allá en su legendaria casa de Martí, en Sancti Spíritus, y lo rememoro con su eterna sonrisa, y su palabra de presentación por excelencia: dime cuadro. Tras su partida dejó un legado, que nadie ha podido llenar, en las trasmisiones deportivas de Jugada Espectacular, la revista beisbolera de Radio Sancti Spíritus, donde día a día con su estilo sui géneris les aportaba a los comentaristas deportivos Oscar Castañeda y Maikel Martín Gallego los numeritos, las curiosidades beisboleras y los récords que inundarían el éter.

El Chini dijo adiós a la vida, víctima de un “jaque mate” que le propinó un cáncer que le acortó la existencia. Dentro de sus recovecos beisboleros más remotos, siempre sacaba “debajo de la manga” una hoja amarillenta, escrita a mano, porque no tuvo la dicha de dominar la computación, o tras un pedido nuestro, esgrimía un libro memorable que guardaba como un fiel guardián.

Desde sus inicios en 1983 como anotador por esos avatares que tiene la vida, y durante 32 años, desde que tomó lapicero y  hojas, comenzó a anotar aquel partido de la Serie Provincial, para hacerle un favor al comisionado beisbolero Félix Pájaro, ya que al no haber un estadístico, Sancti Spíritus perdería el juego ante Trinidad.

Y como todo un elegido, Ignacio Guerra Puerta nunca más dejó el arte de los números y los récords del deporte de las bolas y los strikes.

Tres décadas lo vieron con su maletica negra al hombro, caminar con su andar “de no coger lucha” desde la calle Martí hasta el Huelga y viceversa, presto a cada instante al cuento jaranero, o al chiste ocurrente e impredecible.

El que lo trataba, a primera vista, no podía saber que, tras ese carisma, se escondía el hombre más cumplidor, incapaz de dejar, como decimos en buen cubano, embarcao a nadie. Respeto por su labor, amor por las estadísticas y una entrega sin igual a su arte de anotador-codificador fueron sus principales cartas de presentación.

Y sin dudas, no sólo fue el brazo derecho de nosotros, los periodistas. El Chini Guerra pasa a la posteridad como el “imprescindible” consultor de peloteros, técnicos, directores de equipos, el archivo capaz de desempolvar números de nuestras series provinciales, nacionales y eventos internacionales.

Y se fue a la tumba, sin tener nada guardado o reservado; maestro de maestro capaz de formar a estadísticos como el trinitrario Venancio Sáez, Oscar Luis Hung, Jorge Fuentes, Misael González, o a su hija chiquita, Lideyvis Borges.

El Chini Guerra, vivió para el béisbol y del béisbol. Con su humor de siempre rememoro en este instante aquel equipo de Guasimal donde él se jactaba de haber jugado con Augusto Boniato, Pipo Carretilla, Raúl la coneja, Juan Caballero, alias macho pestañita, Rafael Pan Viejo, o el lanzador Modesto Palangana.

Su vida giró con los recuerdos de su Guasimal lindo y querido, y aquella anécdota histórica del día que fue a buscar un batazo de foul, se enredó y cayó de espaldas, y al pararse, el manager dijo; “mira pa la Vaca alemana esa, no sirve ni para coger un fly”.

Y ese epíteto lo inmortalizó en el béisbol manigüero de su terruño, Guasimal, pueblo que acogió desde hace 5 años sus restos mortales. Descansa en paz, Cuadro, tus amigos siempre te recordamos.