15 de mayo de 1955: Excarcelación de los moncadistas

Excarcelación de los moncadistas. Foto Archivo.

Por: Rafael Novoa Pupo

En las elecciones de 1954, donde hasta los muertos aparecieron como votantes, el régimen tiránico de Fulgencio Batista quiso dotarse de una aparente legalidad democrática y tras varios indultos a opositores, anunció una amnistía a centenares de presos políticos hacinados en cárceles cubanas, lista de excarcelados, que excluía a Fidel Castro y al resto de los moncadistas.

Sin embargo, los familiares de los patriotas no se cruzaron de brazos e iniciaron los reclamos y la lucha de manera pública por la libertad de estos. Una labor muy notable y valiente, hicieron las progenitoras de muchos de esos jóvenes, con la confección de una carta dirigida a todo el pueblo de Cuba, en nombre de todas las madres de la Patria.

Mientras tanto desde el presidio, Fidel aclaraba lo siguiente: “No, no estamos cansados. Después de veinte meses nos sentimos más fuertes que nunca. No queremos amnistía al precio de la deshonra. Mil años de cárcel antes que la deshonra. Mil años de cárcel antes que el sacrificio del decoro. Lo proclamamos serenamente, sin temor ni odio”.

El 15 de mayo de 1955, el líder revolucionario Fidel Castro fue excarcelado del Presidio Modelo de Isla de Pinos, junto a un grupo de sus compañeros asaltantes al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, gracias a la amnistía arrancada por la lucha popular al tirano Fulgencio Batista, empeñado en rejuegos electorales.

Al día siguiente de su salida, el grandioso recibimiento a Fidel en La Habana, evidenció su ascendente prestigio en la vida política nacional. Para el jefe de los moncadistas, no era el momento de enarbolar consignas insurreccionales, había que convencer al pueblo de que la tiranía no iba a permitir forma alguna, de oposición pacífica.

Pronto la vida le iría dando la razón, cuando cuatro días después el 19 de mayo tras concluir una comparecencia radial, la emisora 1 060, onda hispano-cubana, fue asaltada por la policía, la cual apresó al administrador de la planta, y se apropió de los documentos.

Por su parte, la Federación Estudiantil Universitaria a través de su presidente José Antonio Echeverría Bianchi, convocó a una concentración frente a la Escalinata para rendirle homenaje a los presos políticos recién liberados incluyendo a los moncadistas.

Embarcación El Pinero, donde los jóvenes combatientes y sus familiares realizaron la travesía desde Nueva Gerona hasta Batabanó Foto Martha Vecino.

En la tarde del 20 de mayo de 1955, un grueso cordón de uniformados del régimen batistiano, cerraba todas las vías de acceso a la Colina, e impedía con golpizas brutales, que el pueblo se acercara a la casa de altos estudios.

Desde lo alto de la Escalinata, se oyó la voz de José Antonio difundida por altoparlantes, quien denunció el carácter represivo del régimen. Al escuchar las proclamas al combate contra la tiranía, los uniformados abrieron fuego contra los jóvenes estudiantes.

Al día siguiente como un extraño símbolo, una paloma muerta yacía en medio de la Escalinata. Para algunos, esa noche la tiranía batistiana le había declarado definitivamente la guerra a la paz, y para otros, quedaba demostrado que no había más opción que la del 68 y el 95: “La guerra necesaria, y la insurrección popular armada”.