Por: Rafael Novoa Pupo
Hace 63 años, en la madrugada del 28 de mayo de 1957, los guerrilleros encabezados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, asaltan el cuartel de El Uvero, ubicado en la costa sur de la actual provincia de Santiago de Cuba, y que estaba bien protegido de la guardia de la tiranía de Fulgencio Batista.
Hasta ese sitio, en la madrugada del 28 de mayo de 1957, llegaron las fuerzas del Ejército Rebelde, para reafirmar por un lado que se mantenía vivo el espíritu de lucha de los hombres que un día expresaron que serían libres o mártires, mientras por el otro, expresar un fuerte sentimiento de solidaridad con el desembarco del Corynthia, bajo la dirección de Calixto Sánchez White.
Sin lugar a dudas, resultó un violento combate que a decir del entonces Capitán del Ejército Rebelde Raúl Castro Ruz, “Nos dio categoría de tropa experimentada”, pues allí se confirmó a Juan Almeida Bosque como el alma de esa ofensiva, mientras el Che Guevara se comenzó a destacar como un guerrillero impetuoso.
El enfrentamiento duró aproximadamente unas tres horas, iniciado con un disparo de fusil de mirilla telescópica por Fidel, quien inutilizó la radio, e impidió al enemigo solicitar refuerzos. Casi la tercera parte de los participantes resultaron muertos o heridos, en tanto la las fuerzas batistianas perdieron 14 hombres, y registraron 19 heridos.
En ese histórico combate, se puso de manifiesto el derroche y la valentía de los jóvenes barbudos, quienes completaron una significativa victoria calificada por el Che en su libro “Pasajes de la Guerra Revolucionaria”, como la que marcó la mayoría de edad, del Ejército Rebelde.
Al respecto el Che Guevara expresó: “A partir de este combate, nuestra moral se acrecentó enormemente, nuestra decisión y nuestras esperanzas de triunfo aumentaron también, simultáneamente con la victoria y, aunque los meses siguientes fueron de dura prueba, ya estábamos en posesión del secreto de la victoria sobre el enemigo”.
Durante el enfrentamiento con los esbirros de la tiranía, el guerrillero Juan Almeida Bosque, resultó impactado en el pecho y se salvó porque una cuchara que llevaba en el bolsillo atenuó la descarga.
Guillermo García mantuvo el fuego y neutralizó uno de los fortines, mientras Ernesto Che Guevara disparaba parado con un fusil ametralladora, que se encasquillaba.
Por su parte Raúl Castro avanzó con su pequeño pelotón contra otro de los fortines, en una carrera contra el tiempo antes de que pudiera aparecer la aviación enemiga. Así fue transcurriendo el asalto hasta que los soldados se rindieron después de alrededor de tres horas de acción bélica.
Las fuerzas rebeldes tuvieron siete bajas y ocho heridos, entre ellos Juan Almeida, mientras que el ejército batistiano perdió 14 hombres y totalizó 19 heridos. Solo unos pocos soldados pudieron escapar.
Así mismo, los revolucionarios ocuparon decenas de fusiles, armas cortas, y miles de proyectiles, y sobre todo en la tropa se acrecentaron el espíritu de lucha, y la decisión de vencer.
Por la parte rebelde cayeron heroicamente los tenientes Emiliano Díaz Fontain y Julio Díaz González; también Gustavo Adolfo Moll, Francisco Soto Hernández, Anselmo Vega, Eligio Mendoza y Rigoberto Cilleros, mientras heridos resultaron el capitán Juan Almeida Bosque, el teniente Félix Pena, además de Miguel A. Manals, Mario Maceo, Manuel Acuña, Enrique Escalona, Mario Leal y Hermes Leyva.
En la actualidad, Uvero es uno de los 10 Consejos Populares que dispone el municipio santiaguero de Guamá, donde con el triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959, quedó eliminada la pobreza, insalubridad, explotación del hombre por el hombre y el analfabetismo, entre otros males, que sufría una población humilde en su mayoría.