José Antonio Echevarría, ejemplo de cubano digno

Por: Rafael Novoa Pupo

José Antonio Jesús del Carmen Echeverría Bianchi nació el 16 de julio de 1932, en la ciudad de Cárdenas (provincia de Matanzas). Aunque padecía de asma, llevó una vida normal y practicó remo, natación y baloncesto. Buen estudiante, el diapasón de sus intereses abarcó las disciplinas artísticas y las deportivas, pues, aunque su biotipo no fuera idóneo ―tal vez demasiado robusto―, con disciplina y tesón alcanzó buenos resultados atléticos. También era amante de la filatelia.

El 22 de agosto de 1950, matriculó en la Escuela de Arquitectura en la Universidad de La Habana. Desde su arribo a la universidad es elegido delegado de asignaturas y de curso. Organiza el Grupo Arquitectónico de Renovación Estudiantil (GARE), que reunió a los elementos más radicales, y que logra, a través de su candidato, la presidencia de la asociación de estudiantes en esa facultad. Echeverría es también elegido secretario general, vicepresidente y presidente de la Asociación de Alumnos de Arquitectura.

El 10 de enero de 1953, José Antonio Echeverría participa en el acto de homenaje en el que se devela el busto de Julio Antonio Mella, el cual cinco días después, es profanado el busto del luchador revolucionario de los años veinte. Ante tal hecho, la masa estudiantil se manifiesta de forma violenta en contra de esta ofensa, siendo golpeados y detenidos muchos líderes estudiantiles, entre Echeverría.

El 27 de enero, participa en la Marcha de las Antorchas, desde la escalinata universitaria hasta la Fragua Martiana, acto que culmina el siguiente día 28 con una manifestación en el Parque Central para conmemorar el centenario del natalicio del Héroe Nacional de Cuba, José Martí. Durante el resto de ese año, Echevarría está presente en todas las protestas y manifestaciones estudiantiles.

El 23 de febrero de 1954, integra la Dirección Nacional de la FEU, al ser elegido Secretario General. El 28 de marzo, junto a Álvaro Barda, Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá y René Anillo, protagoniza una fuerte protesta contra el gobierno de Batista frente al palco presidencial del carnaval habanero, donde es detenido y trasladado al Castillo del Príncipe.

El 30 de septiembre de 1954, Echeverría accede a la presidencia de la FEU al renunciar el vicepresidente y graduarse el presidente en funciones, Benigno Arbezú. Desde el alto cargo, José Antonio fortalece y desarrolla la lucha estudiantil contra la dictadura y promueve la solidaridad con los problemas económicos de Latinoamérica y el apoyo a sus luchas sociales y políticas.

De izquierda a derecha José Antonio Echeverría, Fidel Castro y René Anillo. Foto: Archivo.

El 16 de enero de 1955, Echeverría pronuncia un discurso en la emisora Radio Ciudad Bandera de Cárdenas, contra el proyecto del canal Vía-Cuba. En dicho discurso, el joven revolucionario analiza las consecuencias que, sobre la economía, la agricultura, la naturaleza y la soberanía nacional, traería la pretendida división de la isla.

El 20 de enero de 1955, José Antonio, Fructuoso Rodríguez y otros jóvenes revolucionarios parten hacia Costa Rica para combatir el golpe y la invasión mercenaria de Anastasio Somoza a ese país; los jóvenes son ubicados en el frente de Guanacaste.

La preparación de las acciones del 13 de marzo comenzó en enero de 1957, cuando tuvo lugar la primera reunión entre el Directorio Revolucionario y el grupo de Menelao Mora Morales. Después se perfilaron los detalles, se realizó el reclutamiento de los hombres, y se inició el acopio de armas.

A las tres de la tarde del 13 de marzo de 1957, el auto de Carlos Gutiérrez abrió la caravana. Detrás iba un camión, con un letrero que decía Fast Delivery, seguido de otro auto. De la calle 17, en la zona residencial del Vedado, doblaron por O, Vapor, Espada, San Miguel, Campanario, Dragones (…). El camión iba casi ponchado.

Tras la toma de la emisora Radio Reloj, José Antonio Echeverría se dirigió a la Universidad de La Habana. El automóvil en que viajaba resultó interceptado por un vehículo policíaco a un costado del recinto universitario. Se entablaron en combate.

El Gordo cayó como un valiente. Con desprecio absoluto de su vida avanzó sobre una perseguidora y les disparó por la ventanilla. Cayó al suelo y volvió a pararse sobre sus rodillas y sacando un revólver que le había quitado a un soldado, volvió a tirar por la ventanilla para dentro: en ese momento una ráfaga de ametralladora lo remató.

El líder estudiantil José Antonio Echevarría cayó en la heroica acción. Foto. Archivo Cubadebate.

Para evitar un entierro público y las manifestaciones populares, el régimen batistiano retuvo el cadáver en la morgue hasta horas de la tarde del día 14 de marzo. Fue entonces que entregaron el cuerpo a la familia, que ya estaba en La Habana desde el propio día de la muerte de Echeverría.

Cerca de las seis de la tarde autorizaron el traslado del féretro hacia Cárdenas, pero con dos condiciones: sólo el auto de los padres podía acompañar al carro fúnebre. El resto del cortejo debía partir de inmediato y esperar en la Calzada de Managua. Como segunda condición se planteó llevar el ataúd directamente al cementerio de Cárdenas.

El cortejo fúnebre fue detenido y revisado en varias ocasiones y al llegar a la Calzada se le ordenó adelantarse hasta el cementerio. La necrópolis estaba rodeada por policías y agentes del Servicio de Inteligencia Militar, uno de los cuerpos represivos de la dictadura, que procedieron a registrar autos y personas por orden del capitán Alzugaray, jefe de la policía de la zona, y quien por sus crímenes sería fusilado tras el triunfo de la Revolución cubana. (Con información de Ecured y Cubadebate).