27 de julio: Día del locutor hispanoamericano

Por: Rafael Novoa Pupo

El 27 de Julio se celebra el Día del Locutor Hispanoamericano, porque un día como hoy tuvo lugar en Varadero el Primer Congreso Iberoamericano de Locución donde a propuesta de Cuba, surgió la idea en el año 2005.

Su antecedente data del año 1952, cuando tuvo lugar en México el Primer Congreso Interamericano de profesionales de la palabra, evento que encontró en la nación caribeña una digna sede.

La Federación Hispanoamericana de locutores está integrada por Argentina, Colombia, Guatemala, República Dominicana, Perú, México y Cuba, y tiene entre sus objetivos esenciales la defensa del idioma español, el respeto a la profesión y el derecho a la libre expresión, basada en la identidad de nuestras naciones.

En el año 2010 se celebró por primera vez la fecha donde los locutores hispanoamericanos homenajeaban el sentido de la voz en la vida, pero también la palabra, la oratoria, la comunicación toda, que fluye por el mágico sonido de una voz.

Es la voz de los locutores la que lo mismo a través de la radio que de la televisión, sirve de puente entre el medio y el público. Es la que le coloca los matices y énfasis precisos a la nota informativa, el comentario, la crónica, la entrevista o el reportaje. El locutor nos acompaña con voz e imagen, o solo con voz; entra a nuestras casas y casi llega a formar parte de las familias cubanas.

En Cuba voces como las de los ya fallecidos Manolo Ortega; Dinorah del Real; Eduardo Rosillo; German Pinelli, Consuelo Vidal, Violeta Casal; Pastor Felipe, Gladys Goizueta y Franco Carbón se recuerdan con cariño por la impronta que dejaron en la radio y la televisión.

En la actualidad voces como las de Rafael Serrano, Rodobaldo Hernández, Magdiel Ramón Pérez Labrada, y Pedro Rafael Martínez Arcos entre otros, siempre que encendemos la radio o la televisión están ahí y se convierten en compañía, entretenimiento y enseñanzas. Su tono, matiz o carisma nos ayudan a saber el nombre del programa al aire, sin la necesidad de consultar un reloj, y es que más allá de ser los dueños y responsables de un espacio, se convierten en un símbolo y comunicador mediante el poder de la palabra hablada.

La locución, más allá de estudiarse, es un talento con el que se nace. Si bien se pulen aspectos como la dicción, las técnicas o el conocimiento de cada género de los programas, lo principal es poseer la empatía, la capacidad de comunicar y una vasta cultura general.

Los oyentes, no imaginan detrás de cada entrega cuánto sacrificio hay, las horas ofrecidas al éter, el sueño pospuesto, las fiestas canceladas y las entradas al trabajo enfermo o con problemas de ánimo, sin que nadie lo note «porque la audiencia no tiene que enterarse y lo que oye o ve es lo más importante. (Con Información del Portal de la Radio Cubana, Ecured, Radio Angulo).