Jesús Orta Ruiz, máximo exponente de la décima cubana

Por: Rafael Novoa Pupo

Jesús Orta Ruiz nació en Guanabacoa, provincia La Habana, el 30 de septiembre de 1922 en el seno de una familia campesina, conservadora de las tradiciones y el folclor de origen español en los campos de Cuba. De ahí que el punto de partida de su vocación poética, la cual se manifiesta de manera precoz, sea necesariamente la décima, folclorizada en el canto de los campesinos cubanos. Desde los nueve años de edad ya improvisaba.En 1934, al terminar la enseñanza primaria, tuvo que interrumpir los estudios para trabajar en distintos oficios: pastor de ovejas, aprendiz de operario de zapatero o dependiente de comercio.

Todo lo que en él habría sido agria crítica, se convirtió en elegías. Todo su tiempo de cárcel y lucha clandestina, se transformó en horas de estudio y escritura.

Desde mucho antes del triunfo de la Revolución había descubierto una vocación lírica que trascendía la música guajira, de la que era un exponente nato. Pero solo después del 59 esa voz poética adquirió verdadera coherencia.

Escribía como si en él cuajara todo lo que tiene la Isla de culto, y todo lo que tiene de popular. En su palabra se escuchaba el optimismo de un pueblo que pretendía ahora sí, ser uno, no ya de clases altas o bajas, sino de un solo espíritu.

Fundó la Unión de Artistas y Escritores de Cuba, donó el dinero de sus premios al proyecto revolucionario, viajó por los países de la URSS y escribió, escribió, escribió.

Todos los niños de Cuba conocen la historia de Nemesia, aquella pequeña de Girón que él inmortalizó en su Elegía de los “Zapaticos Blancos”. Dibujó con sus palabras cada figura política, cada hecho hoy histórico, en aquel entonces, segundos en llama.

Estudió Periodismo, y muchos dicen, no sin razón, que sus poemas se confunden con esta profesión. Ahora que podemos observar desde estos días, aquellos de ebullición y optimismo inicial; sabemos que la poesía del Indio Naborí cuenta la historia emotiva de la gran Historia, sus pequeñas pinceladas de emoción son como un fragmento de viva luz en los libros más bien teóricos que se ocupan de aquellos tiempos.

Su poesía también fue íntima, cantó a todo lo que sus ojos no podían atrapar, porque fue ciego de pupila y vidente de espíritu. Habría que cuestionarse su ceguera, porque enseñó a ver a los que tenían la facultad y logró hacerlo mejor que muchos poetas de su generación.

Fue el autor, entre otras piezas de: Al son de la historia y Esto tiene un nombre, un cantor de lo cubano, uno que, como diría el trovador, no pasó a la historia, el 29 de diciembre de 2005, sin la gloria de haber tocado espina. Jesús Orta Ruiz es considerado el decimista más significativo de la literatura cubana contemporánea, en su honor, se festeja cada 30 de septiembre en todo el continente, el Día de la Décima Hispanoamericana.

En 1964, tras participar en la fundación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), presentó a la dirección del país el proyecto para crear la Jornada Cucalambeana, encaminada a exaltar la figura del poeta Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, así como a reanimar y preservar la cultura campesina.

Numerosos son los poemarios suyos publicados por varias editoriales del país, su poesía es traducida a más de diez idiomas y publicada en países de América Latina y Europa, donde recibió varios premios.

Asimismo, destaca su extensa obra periodística, presente en los diarios más importantes del país. También fue convocado como conferencista y jurado en premios nacionales, regionales y continentales, entre los que destaca el Premio Literario Casa de las Américas, en el que compartió con el poeta Mario Benedetti.

En 1981 fue condecorado con la Distinción por la Cultura Nacional y la Medalla «Alejo Carpentier» conferida por el Consejo de Estado de la República de Cuba.

Fue merecedor varias veces del Premio de la Crítica, y en el año 1995 se le concedió el Premio Nacional de Literatura, como reconocimiento al conjunto de su obra. En 1999 recibió también el Premio Nacional de Cultura Comunitaria.

Jesús Orta Ruiz, falleció en La Habana el 29 de diciembre de 2005. (Con información de Ecured, Cubahora, y 5 de septiembre).