Julián del Casal, el poeta infortunado

Foto: Internet

Por: Rafael Novoa Pupo

Julián del Casal nació el 7 de noviembre de 1863, en La Habana, Cuba. Fue hijo de Julián del Casal y Ugareda y de María del Carmen de la Lastra y Owen, acomodados hacendados de origen vasco. Su familia se arruinó cuando era niño.

Cursó estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, aunque los abandonó para dedicarse a la literatura.

Sus modelos fueron los poetas franceses Charles Baudelaire y Théophile Gautier, y su ciudad favorita París, aunque no pudo visitarla debido a su tuberculosis, que le impidió salir de Cuba, excepto en una ocasión que viajó a Madrid, donde trabó amistad con Salvador Rueda y también con Francisco Asís de Icaza.

En 1890, publica su primer libro de poesías, Hojas de viento, con claras influencias de románticos españoles como Zorrilla, Campoamor o Bécquer. En el segundo libro, Nieve (1892), son propias del modernismo de Darío, Verlaine y Gutiérrez Nájera. Su tercer y último libro, Bustos y rimas, publicado póstumamente en 1893, se consideró su obra más original y personal, en ella escribe sobre símbolos y culturas exóticas.

Sobre Julián del Casal, el poeta y Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, expresó en un artículo en el periódico Patria en 1893 lo siguiente:

“Por toda nuestra América era Julián del Casal muy conocido y amado, y ya se oirán los elogios y las tristezas. Es como una familia en América esta generación literaria, que principió por el rebusco imitado, y está ya en la elegancia suelta y concisa, y en la expresión artística y sincera, breve y tallada, del sentimiento personal y del juicio criollo y directo. El verso, para estos trabajadores, ha de ir sonando y volando. El verso, hijo de la emoción, ha de ser fino y profundo, como una nota de arpa. No se ha de decir lo raro, sino el instante raro de emoción noble y graciosa. Y ese verso, con aplauso y cariño de los americanos, era el que trabajaba Julián del Casal”.

Julián del Casal falleció el 21 de octubre de 1893, en casa de su amigo el doctor Lucas de los Santos Lamadrid en La Habana, tras sufrir un ataque de risa provocado por un chiste de uno de los presentes, que le produjo una hemorragia y un aneurisma. (Con información de Cubadebate y Ecured).