24 de diciembre de 1959: El Comandante en Jefe cena con los carboneros de la Ciénaga de Zapata

Por: Rafael Novoa Pupo

El 24 de diciembre de 1959, el entonces Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro Ruz, participó en la cena de nochebuena preparada por los carboneros del poblado de Soplillar, Ciénaga de Zapata, en el mayor humedal del Caribe.

Justo debajo de un gran soplillo y a la luz de faroles chinos, el Comandante en Jefe Fidel Castro, cenó con la población más humilde de Cuba en claro gesto de que la naciente Revolución, no olvidaría a nadie.

El anfitrión, un carbonero miembro de la cooperativa de Soplillar, el guajiro Rogelio García, acompañado por su numerosa familia, así como otros vecinos de la ciénaga, consumen en la típica mesa criolla solamente productos del país, adquiridos en la tienda del pueblo, mientras, poetas populares improvisan décimas revolucionarias en las que cantan temas sobre la Reforma Agraria, y las nuevas leyes que trae el triunfo de la Revolución.

Durante la noche acompañan a Fidel, el capitán Antonio Núñez Jiménez, director ejecutivo del INRA y su esposa; el Ministro de Agricultura, comandante Pedro Miret y su esposa, y Celia Sánchez, así como numerosos campesinos de la Ciénaga de Zapata.

Grande fue la sorpresa, a pesar de que por medio del doctor Antonio Núñez Jiménez lo supieron. Él llegó primero al lugar y preguntó si Fidel podía cenar con ellos. Extrañados, todos asintieron aunque no entendían qué haría allí un hombre como el líder revolucionario. Núñez se fue, y al cabo de un tiempo prudencial, regresó con algunas provisiones para apoyar la celebración.

A las ocho de la noche apareció Fidel. Venía de la Laguna del Tesoro, donde lo sorprendió el atardecer, y ante la pregunta de adónde ir a pasar aquella noche, su respuesta fue precisa: “Con los carboneros, a cenar con ellos”.

Por primera vez en la historia de la isla, un Primer Ministro o Jefe de Estado compartía una festividad tradicional y universal como la nochebuena, con los trabajadores más explotados y olvidados de Cuba,

Con esta cubanísima manera de vincularse a los pobres, Fidel sentó la radical posición de ser esta una Revolución de los humildes, por los humildes, y para los humildes. (Con información de Cubadebate, Trabajadores y Radio Cadena Agramonte).