La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca supone para Estados Unidos y China otro panorama con posibilidad de voltear la página sobre cuatro años que hicieron mella en las relaciones bilaterales, al punto de casi destapar una Guerra Fría.
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La necesaria reconciliación entre la primera y segunda potencia del mundo, en los últimos días se convirtió en tema de análisis de dirigentes, politólogos, medios de prensa y debates organizados en China.
En todos los casos prevaleció el llamado a Biden a manejar las diferencias, volver al camino de nexos estables, y alejarse de la postura beligerante que caracterizó al gobierno de su antecesor, Donald Trump, y todavía defienden algunos políticos norteamericanos.
Yang Jiechi, director de Asuntos Exteriores del Partido Comunista del país asiático, insistió en revitalizar las relaciones mediante un modelo centrado en la coexistencia pacífica y la cooperación mutuamente beneficiosa, al considerar que están ante nuevas oportunidades y desafíos.
No obstante, urgió a Washington dejar de ver a China como un adversario por considerarlo un enfoque ‘incorrecto histórica, fundamental y estratégicamente’.
Antes, el vicecanciller Le Yucheng estimó que el mandatario demócrata debe tratar a los vínculos bilaterales con el mismo espíritu de unidad que propone para resolver los problemas internos y restaurar la imagen internacional de su país.
Manifestó esperanza sobre un deshielo, tras recordar el buen impacto de la denominada ‘diplomacia del ping-pong’ que hace 50 años protagonizaron los expresidentes Mao Zedong y Richard Nixon.
De igual manera, el Ministerio de Defensa aseguró que los lazos militares Beijing-Washington están ante otro punto de partida, espera trabajar juntos por fortalecerlos y aprovechar las áreas de convergencia.
Si bien China apuesta por sepultar los conflictos, advierte a la Casa Blanca sobre las consecuencias de traspasar la línea roja en asuntos sensibles como Taiwán, Hong Kong, Tíbet y Xinjiang, pues todos conciernen a los intereses de desarrollo, soberanía y dignidad nacional.
De hecho, observadores visualizan en las sanciones a 28 exfuncionarios de la administración Trump, un mensaje claro de lo que podría hacer para defenderse si persisten las discordias. (Agencia Prensa Latina).