Por: Joaquín Gómez Serra
Hablar de deportes en Sancti Spíritus llevaría horas, días, y hasta semanas, y aún así faltaría tiempo para enaltecer la grandeza de nuestros deportistas y trabajadores del sector, incluso pudiéramos resaltar figuras que marcaron pautas en esta tierra que es bañada por las aguas del río Yayabo.
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Muchos han sido los que se han destacado en estas seis décadas de deportes. Y si la estirpe de estos campeones la iniciaron Modesto Verdura y José Antonio Huelga, se puede hablar de un antes y un después en un movimiento deportivo que se vanagloria de haber contado con figuras de la casta del tirador José de Jesús González, del baloncestista Jacintón González, de los softbolistas José Luis Quintero y María Zamora.
Ellos escribieron las primeras páginas de glorias, en las que se esculpieron muchos campeones en una EIDE Lino Salabarría, donde surgieron estrellas de la calidad del pelotero
Frederich Cepeda, el virtuosismo de la gimnasta Leyanet González, los wazaris e ippones de la judoca DayarisMestre, o en la puntería certera de Eglys de la Cruz, que la convirtió en la primera tiradora cubana medallista en unos Juegos Olímpicos.
El INDER se creó el 23 de febrero de 1961 por la Ley 936. Con su fundación el deporte para los espirituanos se convirtió, como bien lo definiera el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en un derecho de todo el pueblo.
Seis décadas después se puede decir que en esta Sala Yara se han celebrado eventos nacionales e internacionales de lujo como certámenes de lucha, torneos Playa Girón de Boxeo, canastas y dunkeos han animado estas gradas, mientras fuertes remates se han hecho sentir sobre este tabloncillo.
Y en estos 11 meses aquí, allá y acullá, la pandemia de la COVID-19 ha hecho mella en muchos cuerpos y corazones. Sin embargo, cerca de una centena de jóvenes del deporte yayabero no han creído en el miedo y tras la irrupción de los primeros casos en la provincia el deporte dejó a un lado los implementos deportivos y se vistió de batas verdes, y juntos a los valientes de batas blancas, acogió en sus instalaciones deportivas centros de aislamiento, y donde el corazón de nuestro deporte latió más fuerte con el himno de combate de Buena Fe y su canción Valiente.
Todos podemos sentirnos orgullosos de lo alcanzado por el deporte, de las grandes hazañas de nuestros atletas y sus entrenadores, que día a día realizan un trabajo ejemplar y nos representan dignamente en Cuba y en todo el mundo.Llegue a la familia del deporte espirituano la felicitación, el reconocimiento y gratitud de todo su pueblo.