6 de abril de 1895: Martí y Gómez desembarcan en Cabo Haitiano

Por: Rafael Novoa Pupo

En los días precedentes al inicio de la guerra necesaria, Martí, Gómez y los expedicionarios que los acompañaban, estuvieron al borde del fracaso. En la Isla de Inagua, posesión inglesa, fueron abandonados por parte de la tripulación de una embarcación cuyo capitán se acobardó, y no cumplió su compromiso de llevar al grupo a Cuba, aunque pudieron recuperar el dinero por la firme actitud de Martí, que les obligó a devolver el pago adelantado.

No obstante, varados en Inagua, los revolucionarios fueron presentados por el cónsul de Haití, M. B. Barbes, amigo de Martí, al alemán de 35 años Heinrich Julius Theodor Lowe, valiente capitán del vapor carguero “Nordstrand”, quien después de una larga conversación con el Apóstol de la independencia cubana, los aceptó por un modesto honorario como pasajeros semi clandestinos, para dejarlos cerca de las costas de la mayor de las Antillas.

El cinco de abril, Martí y Gómez abordaron el barco con pasaportes falsos expedidos por el cónsul Barbes, y en la madrugada del seis, atracaron en Cabo Haitiano, una pequeña ciudad portuaria muy relacionada con la Revolución de los esclavos de Haití, y que fue visitada en varias ocasiones por el Apóstol en su labor revolucionaria, donde además recibió una ayuda fundamental de los simpatizantes de la causa cubana, para lograr arribar a la mayor de las Antillas. En cabo haitiano, los expedicionarios se ocultaron en casas de amigos hasta la medianoche del nueve de abril, en que abordan nuevamente el vapor.

Todavía se conserva la casita de Millevoye Mercier, en la cual se alojó Martí en su última estancia en la urbe, lugar cuidado por sencillos lugareños que recuerdan al luchador por la independencia nacional, y también existe una calle en la localidad que lleva su nombre.

El mes de abril de 1895, se presentaba decisivo para los planes del Delegado del Partido Revolucionario Cubano de consolidar el levantamiento revolucionario del 24 de febrero de ese año, con la presencia impostergable en la Isla de los principales jefes Antonio Maceo, Gómez, y él propio Martí.

Con anterioridad, ya habían sufrido la ocupación en enero por las autoridades estadounidenses, auxiliadas por el espionaje español, de tres barcos en el Puerto de La Fernandina en La Florida, y alijos de armas suficientes para pertrechar un pequeño ejército previsto, para desembarcar en las costas cubanas.

Ese revés estableció las peores predicciones para el proyecto independentista, pues concebía que la formidable expedición fuera dirigida por los líderes del movimiento que, de forma simultánea, desembarcarían en la región oriental, en Camagüey, y Las Villas.

Sin embargo, contra todos los pronósticos, los patriotas de dentro y fuera de Cuba, no se amilanaron y se sorprendieron por la envergadura de la obra clandestina del Apóstol, demostrada con el plan de La Fernandina, y el programa revolucionario siguió su curso con los cambios necesarios para que llegaran a como diera lugar a las costas antillanas, los miembros de la dirección del movimiento.

La prédica de Martí de incorporarse a la guerra sin dilación, y a pesar del riesgo, fue apoyada por el Titán de Bronce residente en Costa Rica, que por encima de su opinión sobre las formas de arribar al país y las diferencias personales que mantenía con Flor Crombet, se alistó en la expedición, organizada por este general, con un poco dinero enviado por El Apóstol.

El primero de abril desembarcaron por Duaba, cerca de Baracoa, la expedición Maceo-Crombet con alrededor de veinte patriotas, incluyendo a José, hermano de Maceo, y un grupo de oficiales veteranos de la Guerra de los Diez Años, que casi son aniquilados por las tropas peninsulares que logran abatir al bravo Flor Crombet, en una emboscada.

No obstante, la incorporación de los Maceo al Ejército Libertador inició un periodo de importantes victorias en la región. La escala de Martí y Gómez en Cabo Haitiano el 6 de abril de 1895, constituyó sin dudas un punto de interés y de reconocida importancia, por el apoyo que recibieron en su plan de llegar a Cuba, propósito conquistado el 11 de abril de 1895 en Playitas de Cajobabo. (Con información de Periódico Adelante y Agencia Cubana de Noticias).