Por: Rafael Novoa Pupo
Cada 16 de abril, Cuba celebra el Día del Miliciano, fecha que recuerda el coraje de hombres y mujeres que en 1961 demostraron la disposición del pueblo de luchar antes que ver pisoteada su soberanía.
La antesala de aquella gesta dolorosa lo fueron las acciones piratas del día 15, cuando ocho bombarderos B-26, pintados con insignias de la Fuerza Aérea cubana, arremetieron contra dos bases de la aviación y un aeropuerto civil, en la Isla.
Mientras esto sucedía, dejando un saldo de numerosos civiles muertos, buques de la Marina de Guerra de Estados Unidos navegaban rumbo a Cuba para protagonizar una invasión por playa Girón, que luego sería recordada como la primera gran derrota del imperialismo en América.
El día 16, en el sepelio de las víctimas del ataque, Fidel proclamó el carácter Socialista de la Revolución y se decretó la alarma de combate para todo el país. En su histórico discurso expreso: “Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”.
“Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!”
“¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles!; ¡y que esa Revolución socialista la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores”.
“Y esa Revolución, esa Revolución, esa Revolución no la defendemos con mercenarios; esa Revolución la defendemos con los hombres y las mujeres del pueblo”.
¿Quiénes fueron los héroes de aquella gesta? Pues el pueblo, milicianos voluntarios que formaron el grueso de las fuerzas cubanas que enfrentaron al enemigo con escasa o ninguna experiencia militar.
Años más tarde, el General de Ejército Raúl Castro Ruz al referirse a la histórica efeméride dijo: “No vino al mundo nuestro Socialismo en pañales de seda, sino en el rudo algodón de los uniformes de las milicias obreras, campesinas y estudiantiles; de los combatientes del Ejército Rebelde y la Policía Nacional Revolucionaria”.
“Esa entrega y sacrificio, esa disposición de dar la vida para preservar lo más preciado que tiene todo ser humano, la libertad, convirtieron al 16 de abril en el Día del Miliciano, fecha para honrar a los caídos, pero también para ratificar el compromiso de los cubanos con la soberanía nacional, la Revolución y el Socialismo”. (Con información de Cubadebate y Ecured).