Cuba: Ante crítica situación epidemiológica, el comercio minorista atempera sus servicios

El comercio, la gastronomía y los servicios figuran entre los sectores de la economía cubana que en las últimas semanas han tenido que atemperar sus prestaciones y programas al enfrentamiento a la epidemia, más ahora en que el país se encuentra en fase de transmisión comunitaria (antes transmisión autóctona).

Los elevados niveles de contagio o de enfermos, el aumento de la tasa de incidencia y la circulación de cepas altamente peligrosas resultan tan alarmantes y preocupantes en varios territorios, que entre otras medidas de contención los gobiernos locales se han visto en la necesidad de cerrar establecimientos, reducir el horario de otros y potenciar la modalidad de solo para llevar.

La ACN constató que directivos del Ministerio de Comercio Interior integran los equipos encabezados por los viceprimeros ministros y miembros del Secretariado del Comité Central del Partido, enviados por el Grupo Temporal de Trabajo a las provincias más complicadas, y en tal sentido deberán chequear el cumplimiento de las disposiciones anti COVID-19 establecidas para todo el sistema, como parte del nuevo plan de medidas ajustado a la situación actual.

La distribución en tiempo en las bodegas y mercados de los productos de la canasta familiar normada, en medio de escaseces mayores con la disponibilidad de renglones como el aceite y los cigarros, sigue siendo una prioridad, cuando también se procura acercar los alimentos y artículos de aseo al barrio, para evitar grandes aglomeraciones de personas y el trasiego en las ciudades y poblados.

Por suerte, desde hace años el Estado viene fomentado el desarrollo del comercio electrónico, ése que permite acceder a bienes y servicios sin necesidad de concurrir a los establecimientos, lo cual contribuye mucho a reducir la movilidad, a evitar que la gente salga de la casa, una de las principales medidas en que ha insistido la dirección del país.

Sin embargo, las aglomeraciones en las colas, sin el debido distanciamiento físico, sigue siendo de las indisciplinas que atentan contra los enormes esfuerzos del Estado por frenar la epidemia, a la vez que en no pocos lugares la población se ha quejado de la manera en que se distribuye o comercializan los productos al propiciar el acaparamiento por coleros y revendedores.

En tal sentido, a través de la libreta de abastecimiento se ha controlado la venta de algunos bienes, medida acogida de manera favorable por muchas personas allí donde se ha aplicado esta alternativa.

Desde casi toda Cuba medios de comunicación informan que la gastronomía popular, la red de restaurantes y las unidades arrendadas redujeron el horario de servicios y mantienen la modalidad de solo para llevar o a domicilio, al igual que las cafeterías de alimentos ligeros –algunas del sector no estatal-.

Las acciones deben adaptarse a las condiciones de cada localidad, en aras de cortar la transmisión de la enfermedad, muy alta y dispersa en el territorio nacional.

Lo que sí debe ser un denominador común es que en todas las unidades se vele rigurosamente por el cumplimiento de las disposiciones epidemiológicas, como la desinfección de las manos y calzado en la entrada de los locales, el uso obligatorio del nasobuco y el distanciamiento entre personas, de manera tal que se garantice un entorno seguro.

En varios territorios se ha suspendido la venta de bebidas alcohólicas, lo cual se extiende al sector privado, el servicio de belleza está limitado por el riesgo que representa, en tanto las unidades de alojamiento se han incorporado a apoyar el enfrentamiento a la COVID-19 como centros de aislamiento, en función de los cuales también están los llamados Lavatín.

Otros establecimientos que han rediseñado sus servicios son los del Sistema de Atención a la Familia, dada su lejanía para muchos beneficiarios y la reintegración a sus familias de personas con comportamientos de ambulantes, aun cuando ha habido quejas con la calidad de las ofertas y se ha reclamado un mayor protagonismo de los mensajeros.

Hace unos días el Grupo Temporal de Trabajo del gobierno central aprobó un nuevo plan de medidas, ajustado a la situación actual, según declaró el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.

Entre las acciones en marcha figuran extremar el control sanitario internacional, fortalecer la vigilancia epidemiológica, garantizar el aseguramiento médico, continuar la intervención sanitaria con los candidatos vacunales cubanos, priorizar las tareas que aseguren la actividad productiva y de servicios fundamentales y disminuir todo cuanto sea posible la movilidad. (Agencia Cubana de Noticias).