13 de noviembre de 1958: Fidel ordena impulsar las acciones contra la dictadura de Fulgencio Batista

En esa fecha, Radio Rebelde transmitía en voz del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz las órdenes a las columnas insurgentes y al movimiento insurreccional para impulsar las acciones contra la dictadura de Fulgencio Batista

Por: Rafael Novoa Pupo

El 13 de noviembre de 1958, en voz del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Radio Rebelde transmitía las órdenes a las columnas insurgentes y al movimiento insurreccional, para impulsar las acciones contra la dictadura de Fulgencio Batista, a la vez que indicaba que las columnas del II Frente Oriental Frank País, dirigidas por el Comandante Raúl Castro, tomarían las posiciones enemigas dentro del triángulo Mayarí–San Luis–Guantánamo; y las fuerzas del III Frente Oriental Mario Muñoz, encabezado por el Comandante Juan Almeida Bosque, participarían en estrechar el cerco a Santiago de Cuba, y otras ciudades de la zona, con el fin de inmovilizar a las tropas enemigas.

Las fuerzas rebeldes, en la antigua provincia de Oriente, además de hostilizar y tomar los cuarteles enemigos, impedirían la entrada de refuerzos a ese territorio. En esas misiones se destacó también el IV Frente Simón Bolívar, que abarcaba las actuales provincias de Holguín y las Tunas, dirigido por el Comandante Delio Gómez Ochoa.

En tanto las columnas invasoras comandadas por Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, según la estrategia orientada por Fidel, incrementaron la campaña en Las Villas, con el objetivo de dividir la Isla en dos, y evitar el acceso de fuerzas de la dictadura hacia la zona oriental. Asimismo, emprendieron las acciones armadas y de sabotaje, en el resto de los territorios.

Todas estas ofensivas rebeldes, hacían que cada vez los días del régimen de Fulgencio Batista estaban contados, pues ya entraba en su fase decisiva, la Ofensiva Final.

Cinco meses antes, parecía que la guerrilla estaba al borde del fracaso cuando la llamada Ofensiva de Verano  de 10 mil soldados apoyados por tanques, artillería, aviación y la marina, avanzaban contra las posiciones rebeldes defendidas por menos de 500 combatientes.

Durante esas jornadas difíciles en el mes de junio de 1958, un exiguo grupo de guerrilleros mal armados que defendían el acceso a la Comandancia Rebelde de la Plata contra cientos de soldados, recibieron la orden de Fidel de no retroceder ni un paso, a la vez que les aseguró que ganar esos combates, podía ser el fin del tirano, algo que pudo parecer para algunos un sueño ilusorio.

Para entonces, Batista y sus cercanos acólitos, consideraron que el fracaso de la Huelga del 9 de abril de 1958 y de los planes de insurrección en el llano, gracias esencialmente a la fuerte represión y dominio en las ciudades por el ejército y los cuerpos represivos, había desmoralizado el movimiento insurreccional, y era el momento de acabar con la guerrilla en la región oriental, desplegando todo el poderoso armamento facilitado por el gobierno de Estados Unidos al ejército.

Sobre los cielos de la Gloriosa Sierra Maestra, volaron por primera vez en la Isla los modernos reactores T-33, recién entregados a las fuerzas aéreas del tirano, que bombardearon las zonas liberadas, así como humildes caseríos de campesinos, entre los que causaron gran número de víctimas.

Esta falsedad fue parte de los planes de la dictadura, cuando el propio Fulgencio Batista una vez reiniciada la ofensiva contra la Sierra, declaró a una agencia de prensa estadounidense que sus tropas le habían ocupado a los rebeldes una bandera de la china comunista, y casquillos de proyectiles soviéticos.

De esta manera, Batista quiso emular con el dictador nicaragüense Anastasio Somoza, quien en la campaña contra el gobierno nacionalista guatemalteco del presidente Jacobo Arbenz, exhibió pistolas soviéticas de las cual dijo fueron enviadas desde Moscú para los revolucionarios de la región, y que posteriormente se conoció le fueron facilitadas por la CIA para la farsa.

La derrota definitiva de la llamada Ofensiva de Verano, la tuvo el régimen batistiano en el campo de batalla, cuando las fuerzas rebeldes en una defensa escalonada, ocuparon las posiciones estratégicas de la serranía, y fueron desgastando primero los intentos de tomar las posiciones en su campamento principal en La Plata, y al final derrotaron unidades completas, como en la Batalla del Jigüe. Al decir del Che, en ese lugar, ocurrió la rendición de un batallón completo, lo cual quebró el espinazo del régimen batistiano, que perdió toda su iniciativa estratégica. Allí el enemigo sufrió más de mil bajas, de ellas más de 300 muertos y 443 prisioneros, y no menos de cinco grandes unidades completas de sus fuerzas fueron aniquiladas, capturadas o desarticuladas  y se ocuparon 507 armas, incluidos dos tanques, 10 morteros, varias bazucas y 12 ametralladoras calibre 30.

El Comandante en Jefe, en su obra La victoria Estrategia, escribió: “La victoria sobre la gran ofensiva enemiga del verano de 1958 marcó el viraje irreversible de la guerra. El Ejército Rebelde, triunfante y extraordinariamente fortalecido por la enorme cantidad de armas conquistadas, quedó en condiciones de iniciar su ofensiva estratégica final”.

Con el inicio de la Ofensiva Estratégica Final, que anticipó hace 63 años desde la gloriosa Sierra Maestra el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz por las ondas de Radio Rebelde aquel histórico 13 de noviembre de 1958, se cumplió la predicción del jefe de la Revolución que hizo al reducido grupo de combatientes que defendían heroicamente el acceso a la Comandancia de La Plata, en los días difíciles del verano de 1958. (Con información de Agencia Cubana de Noticias y Ecured).