Carlos Juan Finlay, a 168 años de su graduación como médico

Este 10 de marzo se cumplen 168 años de que Carlos Juan Finlay se graduara como médico en Estados Unidos. Foto: Archivo.
Este 10 de marzo se cumplen 168 años de que Carlos Juan Finlay se graduara como médico en Estados Unidos. Foto: Archivo.

El nombre del sabio cubano Carlos Juan Finlay Barrés, ocupa un lugar prominente en la relación de figuras universales de la ciencia, que por el valor de sus aportes son considerados verdaderos benefactores de la humanidad, graduado de médico en el Jefferson Medical College de la Universidad de Pennsylvania, en los Estados Unidos, el 10 de marzo de 1855

Por: Rafael Novoa Pupo

El 10 de marzo de 1855 quedó registrado en la historia fue el día en que Carlos Juan Finlay se gradúa como doctor en Medicina, egresado del Jefferson Medical College de la Universidad de Pennsylvania, en los Estados Unidos, con una brillante trayectoria como estudiante, bajo la dirección de un excelente claustro de profesores que logró percibir en él grandes posibilidades por sus dotes de investigador.

Nacido en la entonces villa de Puerto Príncipe (actual Camagüey) el 3 de diciembre de 1833, Finlay, una vez graduado, desecha varias propuestas para quedarse a trabajar en la nación norteña y regresa reafirmando que su deseo era retornar a Cuba para ejercer y ser útil a su patria.

En julio de 1872 logra ingresar a la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en la cual atendió durante catorce años las relaciones internacionales gracias a su dominio del inglés, el francés y el alemán.

La completa consagración al estudio de la fiebre amarilla, cuyas epidemias devastaron por años ciudades enteras del Caribe y Centroamérica, América del Sur, África, Portugal, España, Inglaterra y los propios Estados Unidos; lo llevan a realizar sus mayores descubrimientos: la teoría científica del contagio de las enfermedades a través de un vector biológico, y la identificación del mosquito denominado hoy Aedes aegypti, como el agente transmisor de la fiebre amarilla.

Más allá de librar al mundo de tan terrible flagelo con la prédica de hacer campañas de saneamiento dirigidas a erradicar el mosquito, Finlay abrió nuevos cauces al desarrollo de la epidemiología y la entomología médica ganando así la condición de benefactor de la humanidad. (Con información de Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, Agencia Cubana de Noticias y Citma).