Protesta de Baraguá: bandera de dignidad nacional

Ilustración: archivo
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Un lugar conocido como Mangos de Baraguá, en la región oriental de Cuba, pasó a la historia el 15 de marzo de 1878. Allí se reunieron un grupo de caudillos mambises, encabezados por Antonio Maceo, para hacerles saber a los representantes del alto mando español que no estaban de acuerdo con las bases del Pacto del Zanjón y que, por tanto, perseverarían en la guerra anticolonial

Por: Rafael Novoa Pupo

El 15 de marzo de 1878 tuvo lugar el encuentro entre el Lugarteniente General Antonio Maceo y el General Arsenio Martínez Campos que pasaría a la Historia con la gloriosa denominación de la Protesta de Baraguá.

En una localidad cercana a la oriental provincia de Santiago de Cuba conocida como Mangos de Baraguá, el mayor general Antonio Maceo y otros altos jefes y oficiales mostraron su negativa a aceptar el convenio, que no brindaba respuesta alguna a la situación que propició la guerra y resultaba “una rendición vergonzosa”, a juicio del prócer.

El oficial español acompañado de su Estado Mayor pretendía pacificar la insurgencia con el Pacto del Zanjón, que excluía la independencia de Cuba y la libertad a los esclavos, lo que fue determinante en la decisión tomada por el Titán de Bronce y sus seguidores de continuar la guerra.

Entre las hamacas atadas a unos árboles, Maceo oficializó su negativa a deponer las armas ante el General en Jefe del Ejército Español y dejó bien claro que conocía perfectamente las verdaderas intenciones de Martínez Campo al brindarle la paz, casi una década después del inicio de la guerra del 68.

¨No nos entendemos¨, dijo el cubano en respuesta a las últimas palabras del español. Aquel gesto valiente y firme de Antonio Maceo y sus tropas contra el Pacto del Zanjón, es la bandera de lucha de todas las generaciones de cubanos por derecho de heroísmo. Significa coraje, decoro y fidelidad a la Patria.

Unas semanas antes de aquel encuentro, el 10 de febrero de 1878 el Gobierno de la República de Cuba en Armas y las autoridades españolas habían llegado a un acuerdo de paz que no había tenido en cuenta las opiniones de los jefes, oficiales y combatientes orientales partidarios de llevar la guerra hasta las últimas consecuencias para alcanzar la libertad de la Patria.

Al no poder vencer a los cubanos en el campo de batalla, las autoridades colonialistas españolas aprovecharon oportunistamente la desunión, la indisciplina, el caudillismo y el regionalismo que existían en las filas insurrectas para lograr su propósito sin hacer concesiones al Ejército Libertador Cubano, que durante casi 10 años había demostrado en los campos de batalla su gran capacidad combativa.

La respuesta ante el Pacto del Zanjón fue una toma de posición enaltecedora de los mambises del Oriente cubano por la causa libertaria. José Martí escribió en una carta dirigida a Maceo en 1893: ¨Precisamente tengo ahora ante mis ojos ‘La Protesta de Baraguá’, que es de lo más glorioso de nuestra historia¨.

Y en el discurso en conmemoración del centenario del hecho, el 15 de marzo de 1878, Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución cubana afimó: ¨Con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y que las banderas de la Patria y de la Revolución, de la verdadera Revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto¨. (Con información de Portal José Martí, Cubahora y Agencia Cubana de Noticias).