Por: Joaquín Gómez Serra
Trinidad se puede vanagloriar de haber contado en las últimas dos décadas con tres jugadores de softbol que integraron los equipos Cuba. Ellos escriben o escribieron la historia del llamado deporte de la bola blanda en la Villa Patrimonio de la Humanidad.
Liderados por Redelio González, considerado por todos los entendidos en la materia, como uno de los mejores bateadores zurdos del softbol cubano, Trinidad tiene el honor de haber sido cuna de la jugadora de la década de los 80, Odalis Barceló, y más recientemente de Martha Esther Torres Palenzuela.
Redelio y Odalis significaron la avanzada de esta disciplina en la tierra que es bañada por las aguas del Mar Caribe, y que sigue a pasos agigantados, y con excelentes resultados en la arena nacional e internacional la joven Martha.
En este deporte se puede hablar de un antes y después en las selecciones cubanas, liderada por la estelar María Zamora, la atleta espirituana de mayores resultados en la arena internacional, en una pléyade de jugadoras que, por entonces, tenía también a jugadoras estelares como María Valdés, Hilda Harry, Esther Jiménez y Clara Cuéllar, por sólo mencionar algunas.
Con sólo 24 años, Martha ya acumula una experiencia en este deporte de 12 años, disciplina a la que fue captada en el séptimo grado para integrar las filas de la Escuela de Iniciación Deportiva Lino Salabarría Pupo.
Allí en la alta escuela, donde se forja el relevo del mañana del deporte yayabero, Martha tuvo como primeros entrenadores a Luis Ernesto Hung, Tomás Valera y José Luís Quintero, y más tarde, le vertieron la sabia de sus conocimientos el internacional Rolando Alvarez, así como José Luis Hernández.
Corría mayo del 2013, y la trinitaria Torres Palenzuela comenzaba a escribir historia en este deporte. Fiel a la tradición y arraigo del softbol en Sancti Spíritus, el equipo juvenil de la rama femenina se coronó campeón nacional en el contexto de las olimpiadas de esa categoría, con sede en Granma.
El triunfo de las muchachas resultó contundente si tenemos en cuenta, sobre todo, que el certamen reunió a elencos de nueve provincias.
Las espirituanas ganaron siete de los ocho encuentros, avaladas por excelente pitcheo colectivo que compiló para un extraordinario 1.48 PCL, bateo de 260 y defensa de 975.
Dentro del aporte individual de las muchachas, dirigidas por el experimentado Rolando Álvarez Poll, sobresalieron las actuaciones de la lanzadora trinitaria Martha Esther Torres Palenzuela, quien ganó más de la mitad de los juegos (cuatro) y lanzó para 1.09 PCL, con 32 ponches, líder del torneo.
De entonces para acá Martha comenzó a escribir con ribetes dorado su historia. Participó en todos los campeonatos nacionales en las diferentes categorías escolares y juveniles, y por el descenso que comenzó a tener este deporte en la provincia en los años 80, donde nunca más se pudo integrar un equipo pleno de la provincia, se desempeña, indistintamente como refuerzo de Villa Clara y Granma en la primera categoría.
En su mente están nítidos los recuerdos de su último año en la categoría juvenil, etapa en la que es llamada al equipo como refuerzo de los naranjas de Villa Clara, defendiendo ya el segundo cojín.
En 2013, y con sólo 17 años tiene su primera prueba de fuego, al vestir las franelas del Cuba. Doce meses después Martha es llamada a las filas del CEAR Giraldo Córdova Cardín de la capital cubana, y posteriormente participa en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México, en los Panamericanos de Toronto, Canadá 2015, así como en el Campeonato del Mundo de la disciplina en la propia tierra canadiense.
Hoy la trinitaria es la única softbolista que forma parte del equipo Cuba, en una provincia que tuvo como principal guía entre las mujeres a la estelar María Zamora Clavo, mientras en los varones resaltó el nombre de José Luis “la espada” Quintero, epíteto que se le quedó por su peculiar forma de tomar el bate y dirigirlo hacia los jardines.