Mensaje de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, con motivo del Día Mundial de la Radio

Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay.

En este Día Mundial de la Radio celebramos el poder singular y de gran alcance que tiene la radio para ampliar nuestros horizontes y construir sociedades más armoniosas. Desde las grandes redes internacionales hasta los radiodifusores comunitarios, las emisoras de radio recuerdan hoy la importancia de este medio para estimular el debate público, reforzar el compromiso cívico e inspirar el entendimiento mutuo, con el tema “Diálogo, tolerancia y paz”.

Desde su invención, hace más de cien años, la radio ha provocado nuevas conversaciones y ha difundido nuevas ideas en los hogares, los pueblos, las universidades, los hospitales y los lugares de trabajo de las personas. Hasta el día de hoy, el diálogo en las ondas puede servir de antídoto a la negatividad que a veces parece predominar en Internet, y por ello la UNESCO se esfuerza por aumentar en todo el mundo la pluralidad y diversidad de las emisoras de radio.

La radio sigue siendo uno de los medios de comunicación más reactivos e interesantes que existen, al tiempo que va adaptándose a los cambios del siglo XXI y ofreciendo nuevas formas de interacción y participación en las conversaciones que importan, especialmente para los más desfavorecidos.

Las mujeres de las zonas rurales, por ejemplo, son uno de los grupos menos representados en los medios de comunicación. Tienen el doble de probabilidades que los hombres de ser analfabetas, por lo que la radio puede ser un recurso vital para su expresión y su acceso a la información. La UNESCO presta apoyo a emisoras de radio del África Subsahariana que propician la participación de las mujeres en el debate público, en particular sobre cuestiones a menudo desatendidas como los matrimonios forzados, la educación de las niñas o el cuidado infantil.

En zonas donde ha habido conflictos, la radio contribuye a disipar el miedo y a presentar la cara humana de los antiguos enemigos, como en el noroeste de Colombia, donde las radios comunitarias —con el apoyo de la UNESCO— están curando viejas heridas al poner de relieve las buenas obras que realizan los combatientes desmovilizados, por ejemplo, limpiar cursos de agua contaminados.

La diversidad lingüística en antena es también fundamental: el derecho de las personas a expresarse en las ondas en su propia lengua. Este aspecto adquiere este año un significado especial, ya que la UNESCO lidera las celebraciones de la comunidad internacional en conmemoración del Año Internacional de las Lenguas Indígenas.

En todo el mundo, desde las emisoras de radio para quienes habitan en viviendas insalubres en Kenya hasta las minorías de Mongolia o las comunidades indígenas de México, la inclusión de poblaciones diversas hace nuestras sociedades más resilientes, más abiertas y más pacíficas. Los retos que afrontamos, ya sean el cambio climático, los conflictos o el auge de las opiniones que provocan divisiones, dependen cada vez más de nuestra capacidad para comunicarnos y encontrar soluciones comunes.
¡Feliz Día Mundial de la Radio!