En Trinidad, más que un día de respuesta al VIH

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

1ro/diciembre/2014

Diversas actividades educativas y de promoción de salud desarrollan especialistas de salud en Trinidad durante la jornada por el Día Mundial de Respuesta al VIH- SIDA, las que tendrán este primero de diciembre un marcado matiz reflexivo y de participación.

Durante estos días se han desarrollado, confirma Dayana Águila, educadora para la salud del Centro Municipal de Higiene y Epidemiología, talleres sobre sexualidad responsable en centros educacionales y de trabajo, charlas con los grupos de riesgo, entre los que figuran los hombres que tienen sexo con otros hombres, además de pruebas rápidas para un primer diagnóstico, que de ser positivo, debe ser confirmado.

El primero de diciembre, Día Mundial de Respuesta al VIH- SIDA, se desarrollarán las actividades centrales  en áreas del parque Carlos Manuel de Céspedes de la ciudad con una invitación  a romper barreras y estigmas contra una enfermedad que no distingue entre géneros.

Según las estadísticas en Cuba, los hombres constituyen el grupo más afectado por el virus, cifras que se comportan de manera similar en Trinidad, que reporta 42 personas seropositivas, la mayoría también en este segmento y beneficiados por un programa de atención del sistema de salud.

El incremento de casos diagnosticados, asegura el epidemiólogo Víctor Ortiz, confirma que a pesar de toda la labor de educación, muchas personas siguen ignorando el peligro y lo más “lamentable, asumen conductas de riesgo que ponen en peligro su vida”.

En la actualidad, más de 41 millones de personas están afectadas por este flagelo, y aunque se avanza en el campo de las investigaciones para el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes infectados a partir de la administración de los retrovirales, todavía no se vislumbra la posibilidad real de una vacuna como cura definitiva.

Saber, conocer, ha salvado a muchos del riesgo de adquirir el Virus de Inmunodeficiencia Humana. Contraer la enfermedad, sin embargo, no nos condena necesariamente a un final inminente; eso sí, comienza una nueva etapa, difícil, llena de retos, en la que se debe aprender a vivir con VIH.