La resurrección de un libro

Cuero y piezas del MisalPor: Ana Martha Panadés Rodríguez

18/abril/2015

En Trinidad una joven que se desempeña como técnico en gestión documental logró restaurar un antiguo libro religioso, de valor patrimonial según los especialistas.

Entre sus manos un raro ejemplar, de cuero repujado, con decoraciones en bronce y bastante estropeado; es el Misal romano que probaría la vocación de restauradora de la joven Magela Muñoz García, también su paciencia e ingenio para “innovar” materiales y devolverle la vida a este antiguo libro religioso adquirido por la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad.

El libro, ilustra el reconocido investigador y museólogo Víctor Echenagusía, seduce por su impresión cuidadosa, a dos tonos, “con unos grabados fantásticos hechos en tacos de madera de cabeza, una técnica muy compleja”.

Enorme desafío entonces para la joven, una de las restauradoras del Centro de Documentación del Patrimonio, Casa Malibrán, que en poco más de dos semanas apeló a cuánta técnica conocida o alternativa para retocar las hojas envejecidas, el cuero y el metal sin vida.

“El Misal, recuerda ahora Magela, presentaba varias roturas en el lomo, y los elementos decorativos en metal, los esquineros y el ombligo estaban muy sucias; presentaba también roturas en las hojas, el lomo y las bisagras. La primera tarea fue darle una limpieza profunda, incluso lavar con mucho cuidado las tapas de tela.”

¿Cuál resultó el trabajo más complejo?

“El más difícil fue reparar la bisagra del lomo porque no contamos con un cuero tratado similar al del libro original, acudimos a materiales que teníamos en el centro, pero también tuvimos que innovar y sustituir ese cuero repujado para darle movilidad.”

¿Empleaste también productos que pueden ser dañinos para la salud?

“Si, por ejemplo, utilicé el ácido cítrico y el hidróxido de amonio, que desprende un olor muy fuerte y un gas perjudicial. En esos momentos nos fuimos para el balcón y nos protegimos con guantes y naso bucos.”

El Misal te debe la vida entonces

“Al libro se le alarga su ciclo de vida, solo quiero que lo cuiden mucho porque fue muy difícil restaurarlo. Cuando una pieza va a ser intervenida requiere de una limpieza manual y una mecánica; la primera hoja por hoja con una brocha y este volumen tiene más de 500 hojas. Con la segunda eliminamos los restos de insectos, de cinta adhesiva y reparamos con papel japonés. A partir de ahora, cada cierto tiempo deberá ser intervenido si hay alguna rotura, descubrirla a tiempo para evitar daños mayores.”

Sin embargo, no estuviste sola…

“La primera vez que tuve el libro entre mis manos, tan grande y con tantos problemas, pensé que no podría; pero enseguida consulté con profesores del Archivo Nacional de cómo proceder con el Misal, entonces acepté el reto. Consulté con especialistas y artistas de la ciudad. Mis compañeras de trabajo también me apoyaron y mi esposo”.

La restauración de documentos antiguos es una pasión que descubriste de manera muy empírica…

 “Desde mi graduación como Técnico en Gestión Documental me interesé por mi superación; en la especialidad apenas ponemos en práctica algunas técnicas, yo me inserté enseguida en los cursos que ofrece el Archivo Nacional y los coordinados en Trinidad en torno a la restauración, el tratamiento documental, la encuadernación, y utilizando todos esos conocimientos, me concentré en el Misal; ahí está el resultado”.

“Es muy emocionante tener en mis manos una pieza totalmente deteriorada, dedicarle horas enteras y finalmente darle vida nueva; ver el antes y el después, y lo útil que puede ser para las nuevas generaciones”.