Cuba: ejemplo de lucha contra el VIH/SIDA

De modelo de lucha contra el VIH-sida,  calificó a Cuba el doctor Michel Sidibé, director ejecutivo del Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida),  en su reciente visita a la nación antillana.

El también secretario general adjunto de las Naciones Unidas elogió el programa nacional de prevención y control de esa enfermedad, instaurado desde 1986 y que tiene identificadas entre sus prioridades la pesquisa serológica a grupos de población, la encuesta epidemiológica, el reporte de parejas sexuales, garantizar atención médica a los afectados y la educación a la población.

Michel Sidibé, además,  consideró de gigantescos los resultados de Cuba, primer país en el mundo en demostrar que se puede eliminar la transmisión madre a hijo del VIH, certificado el 30 de junio pasado por las Organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud.

Por tal motivo, el  funcionario de la ONU felicitó a la nación y el gobierno por convertirlo en un modelo en el combate contra el VIH-SIDA, en los principales frentes como el liderazgo político y compromiso, reformación de las políticas e impulso de los métodos centrados en las personas.

El progresivo desarrollo de capacidades humanas y materiales ha contribuido a la creación de una Red de centros científicos en función de la salud pública, con el fin de garantizar la investigación, la formación de  recursos humanos y la introducción de tecnología necesarios para una respuesta integral y sostenible a esa epidemia.

En opinión de la doctora Marisela Lantero, jefa del departamento del Programa ITS/VIH/ Sida, del Ministerio de Salud Pública, las estrategias básicas de prevención están centradas en la capacitación, comunicación individual, grupal y medios masivos, la consejería, el trabajo intersectorial y comunitario y la venta de condones.

Para ese propósito existen en el país más de 13 mil promotores voluntarios que representan a grupos clave de mayor riesgo de ese mal, que actualmente aqueja a 19 mil 756 personas, cuya prevalencia en Cuba en población sexualmente activa es de 0,25 por ciento, según estadísticas del MINSAP.

Advirtió la experta que ocho de cada 10 personas que viven con el VIH son hombres, la mayoría tienen sexo con otros hombres.

La nación antillana garantiza la atención prenatal que incluye las acciones de prevención de la trasmisión materno- infantil, así como también el tratamiento antirretroviral, precisó Lantero.

Existen 236 laboratorios desde la Atención Primaria de Salud hasta el Laboratorio Nacional de Referencia y en total se realizaron al cierre de octubre 2,2 millones de pruebas de VIH, subrayó la especialista del MINSAP.

ONUSIDA estima que a nivel mundial hay 36 millones de infectados con VIH, de ellos 19 millones no lo conocen, en tanto otros 22 millones de habitantes esperan por tratamiento.

Según la propia fuente, aunque se ha logrado reducir el número de muertes en un 42 por ciento y las nuevas infecciones en un 35 por ciento, todavía no se ha conseguido eliminar tal flagelo.

Para el experto muy pocos países en el orbe, incluido Estados Unidos, están mucho más atrás de la meta de alcanzar los objetivos 90-90-90 de ONUSIDA para 2020.

Estos consisten en que el 90 por ciento de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, que igual cifra de estos pacientes con un estado serológico positivo sigan un tratamiento, y suprimir la carga viral del 90 por ciento de las personas en tratamiento para que se mantengan sanas y se reduzca el riesgo de transmisión por VIH, aclaró.

Si se cumplen tales objetivos se evitarán casi 28 millones de nuevas infecciones por el VIH y 21 millones de muertes hasta 2030 y para poner fin a esa epidemia global es necesario que las grandes ciudades del mundo actúen de manera inmediata y decisiva, auguró.

Cuba es ejemplo de cómo se pueden lograr nuevas generaciones sin VIH, lo ha demostrado y lo logrará, pues su premisa fundamental apunta a poner en el centro al ser humano, aseveró el director ejecutivo de ONUSIDA.

En ocasión del Día Mundial de Lucha contra ese síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que desde 1988, cada primero de diciembre se celebra en diversos países, la Antilla Mayor se suma a las actividades por la efeméride y ratifica el compromiso de continuar trabajando para acompañar a ONUSIDA y a las agencias de las Naciones Unidas, tras la meta de avanzar y alcanzar los objetivos 90-90-90 para 2020.