Con toda seguridad, muchos de nosotros guardamos con grato cariño recuerdos y experiencias de nuestros primeros maestros. Esas personas que admirábamos y que nos dejaron esa huella imborrable que en la primera etapa de la vida nos hizo imitarlos más de una vez, cuando jugábamos a ser maestro.
Ellos y ellas, que desde la primaria no sólo nos enseñaban a sumar, restar, multiplicar, leer y escribir, sino que también sabían sacar lo mejor de cada uno de nosotros, con respeto, admiración y con ese cariño que caracteriza a nuestros educadores.
El pedagogo no sólo es esa persona que proporciona conocimientos, sino que es con quien se establece un estrecho vinculo durante un buen periodo de tiempo en la vida del estudiante.
Nombres, pudiéramos citar muchos, son miles los hombres y mujeres que en Sancti Spíritus se dedican a esa obra de infinito amor que se sintetiza en educar y enseñar y que no solo merecen el reconocimiento durante la jornada de homenaje a los educadores, sino que se ganan ese agasajo cada minuto y cada día de nuestras vidas.
Los maestros y profesores se empeñan cada día en que la escuela no sea únicamente fuente de conocimiento y aulas abiertas al saber, sino también se convierta en el lugar donde se siembran valores, se aprenda a convivir y respetar a los demás, donde las normas, actitudes y principios éticos y morales constituyan objetivos básicos en el proceso educativo de las nuevas generaciones.
Como dijera José de la Luz y Caballero, pensador y filósofo cubano “Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”. Por eso hoy a los que están y a los que por diversas razones ya no están, pero que igual los recordamos con cariño y admiración le damos gracias por esa labor de ser maestro.
A ellos que dedican gran parte de su tiempo a sus otros hijos, esos que ven en ellos un ejemplo. Solo así será posible compensar tanta dedicación, e incluso devoción, con la que los maestros y profesores, desde el nivel de enseñanza primaria hasta la universidad, se afanan para que los alumnos aprendan no solo las letras y los números, la historia y la geografía, sino para formarlos integralmente. (Tomado de Radio Sancti Spiritus)