Cupido tocó a las puertas de Ismel

cupido-14-febreroPor: Joaquín Gómez Serra

Hace tres años quiso la vida interponer en el camino del lanzador trinitario Ismel Jiménez a Yadira Castro. Por entonces, ni él ni ella, que ni tan siquiera se conocían podían pensar que tres años después estarían unidos por el amor y que naciera su hijo Ismael.

“Dicen que hay días que marcan la vida de un hombre, y yo recuerdo que me monté en un taxi para venir desde Trinidad hasta Sancti Spiritus, y allí, a mi lado se sentó ella, desde que la vi, me impactó, y así fue como nos conocimos”.

“La vida te da sorpresa, y es cierto que así fue como nos conocimos, desde ese día para acá, nació una bonita amistad, la cual un tiempo después se convirtió en un gran amor”.

Desde entonces, Yadira asistió, día a día, a cada juego que lanzaba el astro del box.

“No me acabo de adaptar, -expresa Yadira-, porque a pesar de los años que lo veo lanzando, en cada partido, me pongo muy nerviosa, me estreso mucho, y hasta que no termina o el juego, no respiro profundamente, porque siempre deseo lo mejor para él, porque tengo la dicha de tenerlo a mi lado, de que sea el hombre de mi vida, mi compañero, mi amigo, además de ser el padre de mi hijo”.

Por su parte, Ismel, desde el box, busca la concentración, pero como casi siempre, echa una mirada hacia las gradas del estadio José Antonio Huelga. Allí, Yadira le regala una sonrisa, y un beso “vuela”, y toca su mejilla.

“Me reconforta su asistencia cada día al estadio ella sabe que yo lucho, entreno trabajo para el bien y para alegrarle el corazón de mi familia, y me pongo muy contento cuando me observa, me da fuerzas y ánimo para llegar a la victoria.

¿Qué vieron diferentes y encontraron Ismel y Yadira, y que no encontraron en otra pareja?.

“Ella para mí es una mujer especial, la dueña de mis días”, expresa Ismel, en tanto su esposa manifiesta: “es mi apoyo, mi sostén con el que cuento todos los días, tenemos una gran comunicación, y le pido a la vida, que sea el hombre que llene mis días hasta la muerte”.

Cuando ves ganar a Ismel ¿qué le dices?

“Primero, le doy las gracias a Dios por haber ayudado a mi esposo a que ganara su juego, el béisbol su familia son lo más grande de su vida, cuando gana, le doy muchos besos y abrazos, y cuando le toca perder, igual, y entonces lo apoyo, le levanto el ánimo, y le digo, ese juego no salió, pero a verás que e próximo lo ganas. Eso también es amor de pareja, porque para lograr esa empatía entre dos personas se necesita mucha confianza, cariño y comprensión”.

La vida colmó el amor de esa bella pareja que integran Ismel y Yadira, al venir al mundo, su niño Ismael. Una nueva razón de existir inundó su hogar.

“Con la llegada del niño, -continua Yadira-, la vida nos cambió por completo, primero, porque ya sabemos lo que es el amor de padres también, de esa unión nació lo que más queremos en nuestra existencia, que es nuestro hijo Ismael, y ya hoy somos más maduros, más responsables, y ello no ha enseñado a ser más dedicados, y él, está primero que todo”.

“Es un gran regalo que me dio la vida, -manifiesta Ismel-, me siento otra persona desde el nacimiento de Ismael, ahora tengo una doble responsabilidad, y a la vez, una doble obligación, mi casa, mi familia y la atención a mi hijo. Ellos son el mayor regalo de mi existencia”.

Yadira, te ayuda Ismel en los quehaceres hogareños?

“Me ayuda mucho, está pendiente de todo, es un padre excelente, ejemplo para todos, te puedo decir, que somos un binomio que lucha, que trabaja duro por su familia, y que por encima de todas las cosas, nos queremos y amamos en las buenas y en las malas”.

¿Qué consejo le darían como pareja Ismel y Yadira a los jóvenes de hoy?

“Que se amen siempre con mucha fuerza, que se entreguen por completo a su pareja, que prime la sinceridad y la transparencia en la relación, ello hace más fuerte el amor de pareja y ayuda a la mantención de la unión”, acota Ismel.

“La confianza y la sinceridad entre la pareja es fundamental, pensar que siempre se puede, y que todo se logra hablando mucho, creyendo y uniendo sus lazos como parejas. Hay un viejo adagio que dice que sólo el amor engendra la maravilla”, opina finalmente Yadira Castro.