Revelan detalles de injerencia de Estados Unidos en Bolivia

Apostando al ritmo de los últimos acontecimientos en América Latina, el Departamento de Estado norteamericano y sus agencias, consideraron que un triunfo del No en el referendo boliviano del próximo domingo contribuiría a continuar reconfigurando el mapa político regional.

Así definió el objetivo de esta estrategia en la página en Facebook del Semanario La Época su director, Javier Larraín Parada, en un artículo titulado «Entretelones derechistas por victoria del Sí», diseñada para restablecer en la región gobiernos de corte neoliberal al «estilo Macri» en Argentina.

Sin embargo, precisa, los análisis de algunas agencias del propio gobierno de ese país, consideran que el referendo será ganado por el presidente Evo Morales, por lo cual habrían de trabajar para aproximarse al Sí y fortalecer a la oposición hacia las elecciones presidenciales de 2019.

Para alcanzar sus propósitos, en estas jornadas, afirma Larraín, los servicios de espionaje estadounidense han instalado una sala de guerra psicológica, siendo previsible continúen implementándola por medio de acciones fuertes que influyan en la intención de voto.

En particular, señala, acciones orientadas hacia la intención de voto de sectores afines al proceso y sobre todo de los indecisos, para que la derrota del No sea decorosa y por estrecho margen, dando posibilidad a lanzar la ya recurrente denuncia de fraude electoral.

La oposición pretende empoderarse con cualquier tema para enfilar sus dardos contra el presidente Morales, dice Larraín, demostrado por la reciente «revelación» del periodista Carlos Valverde, quien tiene un largo historial de guerra sucia contra el gobierno siguiendo el guion «Made in USA».

Los servicios de Valverde, comentó, le bastaron para recibir el inescrupuloso indulto del encargado de negocios de Washington, Peter Brennan, y recuperar la visa retirada en 1993 tras su detención por el caso de las narco-estatuillas de cocaína cuando era director de inteligencia.

El 11 de diciembre de 2015, recordó, Brennan y otros dos diplomáticos de Estados Unidos se reunieron con Valverde, y también con Manuel Suárez, actor intelectual de la expulsión de Morales del Parlamento en enero de 2002, cuando era diputado del Movimiento Nacional Revolucionario.

Suárez, denuncia Larraín, es otra de las fichas en esta última etapa de la campaña y desde hace años mantiene vínculos con Rubén Costas, Samuel Doria Medina, Branko Marinkovic, Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni) y Juan del Granado, como consultor político de los líderes de derecha en Bolivia.

Igualmente, reveló, tiene estrecha relación con la norteamericana Amy Webber, residente en Bolivia por largos periodos y conocida en ambientes políticos opositores como experimentada consultora de los líderes de derecha y estratega del equipo de encuestas.

Suárez y Webber diseñaron y dirigieron la campaña presidencial de Doria Medina el 2014, agregó, siendo los promotores de acciones opositoras contra Morales, en todo momento tutoreados por Jeremy D. Rosner, quien, junto a Webber, diseñó la campaña para Goni el 2003, afirmó.

Suárez, señaló el director de La Época, ha tenido por años una estrecha relación con la embajada de Estados Unidos, el Instituto Republicano Internacional (IRI), Luis Azurduy, quien trabajaba en su división internacional y Marcelo Quiroga, que fuera coordinador de programas del IRI en Bolivia.

También, recalcó Larraín en la página de La Época en Facebook, Suárez participó en cursos de liderazgo y asesoramiento a políticos bolivianos en Washington y es contacto directo de Luis Ernesto Becar, funcionario de la oficina política de la embajada de Estados Unidos en el país.

lam/prl

(Tomado de Prensa Latina)