La Protesta de Baraguá fue una contundente respuesta histórica al Pacto del Zanjón porque aquella paz no significaba ni la independencia de Cuba, ni la abolición de la esclavitud.
Por: Mariolys González Calderón
Durante décadas ese diálogo entre los generales Antonio Maceo Grajales y Arsenio Martínez Campos, ha llevado a la mente y el corazón de los cubanos el sentido de intransigencia de los hombres del 68, representado en la conducta del general Antonio en el sitio conocido como Mangos de Baraguá el 15 de marzo de 1878.
¿Qué significaba ese “no” rotundo del jefe oriental y su rechazo al intento de Martínez Campos de darles a conocer a los allí presentes las cláusulas del Pacto del Zanjón, firmado un mes antes en las sabanas del Camagüey?
Protagonizada por Antonio Maceo y sus compañeros de lucha Baraguá fue un hecho político trascendental, por lo valiente, oportuno y firme, pues consolidó el pensamiento revolucionario cubano y reafirmó los objetivos básicos de la rebeldía nacional.
De esa manera ante el disgusto del general español, Maceo reafirmó la decisión y el compromiso de volver al campo de batalla para alcanzar la libertad y la dignidad de los cubanos con el filo del machete.
Los cubanos reunidos en aquel lugar retomaron los objetivos de la revolución iniciada por Céspedes y, como respuesta política al pacto, los colocaron en el centro de las tareas históricas del movimiento libertador en plena crisis. Por su parte, el prestigio del liderazgo político-militar de Antonio Maceo, rebasó las fronteras y el jefe, surgido de los estratos pobres de la sociedad colonial, alcanzó renombre internacional.
Aunque no existían condiciones para continuar la lucha, se salva la idea, el concepto y la posición de principios ; con eso se deja abierto el camino para lo que vendría después, que es aquella gigantesca labor de José Martí, y el resto de los patriotas de continuar la lucha en nuevas circunstancias.
La Protesta de Baraguá resultó la respuesta política que volvía a colocar en primer plano los objetivos básicos de la Revolución, contenidos en el Manifiesto del 10 de Octubre y defendidos, durante casi dos lustros de combate, en los campos cubanos; sobre la Protesta de Baraguá dijo José Martí: «es lo más glorioso de nuestra historia».
Este acontecimiento histórico deja como enseñanza que los principios en los que uno cree y lucha nunca son negociables; por eso constituye un momento trascendente de la historia de Cuba para todas las generaciones; Maceo supo erguirse y tomar una posición que salvó moralmente a la Revolución.
La Protesta de Baraguá, por tanto, no fue un acto de heroísmo impensado, sino el resultado de la madurez de un pensamiento político y de un compromiso de sólida base ética.
Desde la escenificación de la protesta, Mangos de Baraguá dejó de ser un sitio más en el paisaje de la geografía oriental para erigirse en símbolo de intransigencia de los sostenedores de la ideología independentista en Cuba.
Nuestro Comandante en Jefe en diferentes ocasiones ha expresado su valoración sobre este luminoso hecho de nuestra historia “Lo que sí puede afirmarse es que con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y que las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto”.