Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Productoras, campesinas, obreras agrícolas, a todas ellas está dedicado el Día Internacional de la Mujer Rural que se celebra el 15 de octubre. En Trinidad el movimiento agrario cuenta con una creciente fuerza femenina incorporada al sector campesino en busca del sustento propio.
Ellas también impulsan la producción de alimentos y otros renglones como la ganadería y la actividad cafetalera. Así, la presencia de mujeres en las 21 cooperativas de este territorio gana espacio entre los asociados y hoy su aporte resulta significativo.
Las imágenes de abandono y pobreza quedaron en el pasado; ahora disfrutan de los mismos derechos y lucen uñas y cabellos hermosos. Las hay que trabajan la tierra, montan a caballo y se suben a las palmas, pero igual conservan la delicadeza y ternura de cualquier mujer.
Sin distinción, las féminas trinitarias progresan para sumarse al llamado de producir alimentos y sustituir importaciones. Abnegadas, responsables y dedicadas, resultan calificativos que distinguen a estas compañeras, capaces de realizar cualquier actividad en el campo y a su vez desempeñar con ternura las tareas del hogar y ocuparse de la educación de sus hijos.
Las Naciones Unidas ha declarado el Día Internacional de la Mujer Rural para reconocer su rol en la actividad agrícola y defender sus derechos.
El tema de este año, “Infraestructura, servicios y protección social sostenibles para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas rurales”, otorga al empoderamiento de las mujeres rurales una importancia crucial para hacer realidad la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.