El rescate de componentes originarios urbanos y las viviendas, con todos sus entornos es propósito de estas acciones, que benefician a centenares de familias.
Diversos proyectos encaminados a salvaguardar el patrimonio y mejorar las condiciones de habitabilidad de los pobladores de la otrora villa de Trinidad y del Valle de los Ingenios, materializan la Oficina del Conservador de esa ciudad.
El rescate de componentes originarios urbanos y las viviendas, con todos sus entornos es propósito de estas acciones, que benefician a centenares de familias.
Arianna Domínguez Camacho, especialista principal de Arquitectura en la Oficina del Conservador, dijo que las labores se realizan en colaboración con la junta Arquitectos sin Fronteras, de Andalucía y abarca cinco calles donde se realiza un trabajo integral.
Además de la rehabilitación de casas y otros inmuebles, se pretende rescatar aceras, el empedrado de las calles y las luminarias públicas, entre otras acciones, precisó Domínguez Camacho.
La proyección es similar a la de la Plaza de las Tres Cruces y tendrá una segunda etapa donde intervendremos otras plazas, un anhelo permanente de la Villa, acotó la especialista.
Este quehacer llega al Valle de los Ingenios, beneficiado con un proyecto en la comunidad de San Pedro, donde se rehabilitan las viviendas construidas a partir de fango, tierra y paja, con esa misma técnica del embarro, pero con superiores condiciones de durabilidad.
Los planes de la Oficina del Conservador incluyen el remozamiento de la vieja edificación donde radicó la enfermería de esclavos en Manaca Iznaga y el montaje, en San Isidro, de una especie de museo con la más actualizada tecnología, para mostrar allí todo el proceso al que antes se sometía la caña de azúcar.
Queremos iniciar un proyecto de senderos que permita al visitante disfrutar de todo el proceso azucarero del siglo XVIII y XIX, que en el Valle de los Ingenios prevalece como en ninguna otra parte del país, reveló Domínguez Camacho.
La institución dispone de un presupuesto superior a los tres millones de pesos en ambas monedas, para las obras de reparación y mantenimiento, y 470 mil destinados a las inversiones, para la salvaguarda del patrimonio material e inmaterial en la ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, sitios declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1988.(Agencia Cubana de Noticias)