Ante las muestras del recrudecimiento de la política de Estados Unidos hacia la isla, son muchas las voces que se levantan en Cuba y en el mundo para condenar decisiones encaminadas a asfixiar económicamente a la isla.
De acuerdo con el jefe de Estado, la ley Helms-Burton aplicada por Estados Unidos tiene como propósito destruir a la Revolución del 1 de enero de 1959, además, agrede la independencia y la dignidad de Cuba.
‘Representa el anhelo anexionista y colonial, pretende provocar el cambio del sistema político y económico en Cuba. Es una afrenta a nuestra soberanía y dignidad’, señaló el mandatario.
Anteriormente, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, calificó de ataque al Derecho Internacional y la soberanía la activación del Título III de la Ley Helms-Burton.
Poco después de que el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, anunciara en Twitter la decisión de Washington de permitir reclamaciones en cortes norteamericanas sobre propiedades ‘confiscadas’ (como llaman a las nacionalizaciones de la Revolución cubana), Rodríguez expresó su rechazo en la propia red social.
A criterio del titular de Relaciones Exteriores, se trata de un ataque a la soberanía de Cuba y otros Estados, considerando el carácter extraterritorial del Título III, dirigido a privar a la mayor de las Antillas de inversiones extranjeras, amenazando a los socios actuales y potenciales.
Mensajes de Rusia y China llegaron a Cuba en rechazo al recrudecimiento de la hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba, tras el anuncio de la activación del Título III de la Ley Helms-Burton.
Reiteramos que estamos en contra de las sanciones unilaterales y que las restricciones solo pueden ser legítimas si están avaladas por la ONU, declaró la vocera de la cancillería rusa, María Zajarova.
Por su parte, China manifestó su oposición a las medidas unilaterales de Estados Unidos que refuerzan el bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba, al enfatizar que constituyen un obstáculo al desarrollo socioeconómico y bienestar del país caribeño.
En vigor desde 1996, la ley Helms-Burton codifica el cerco impuesto por Estados Unidos a la mayor de las Antillas, y con sus cuatro títulos busca asfixiar al país mediante una injerencia directa en sus asuntos internos.
La normativa -cuyo acápite III se activó el pasado 2 de mayo- tiene además un marcado carácter extraterritorial, al pretender obstaculizar la inversión extranjera en la isla. (Agencia Prensa Latina)