Apagar el último cigarro: imperativo para cualquier persona en Trinidad

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

En Trinidad aumenta el número de fumadores. Incluso, estudios realizados por especialistas de Salud y alumnos en formación de la Filial de Ciencias Médicas, muestran evidencias de un porciento creciente de jóvenes que se inician en este nocivo hábito.

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Las acciones educativas se consolidan, pero resultan insuficientes, sobre todo en las escuelas y los hogares, donde no siempre se enfrenta enérgicamente a los adolescentes que encienden su primer cigarro y se adentran en un camino, a veces irreversible.

En la adolescencia, etapa de descubrimiento y formación de la personalidad, el ejemplo es determinante. Si el padre, un tío, o hasta el maestro fuman en presencia del joven, esto se convierte en un modelo a imitar.

En esas edades, poco se piensa del daño que puede ocasionar la nicotina o el humo del cigarro. Tampoco importan las estadísticas, el reporte de fallecidos a causa del cáncer ni la responsabilidad científicamente demostrada del cigarro en la aparición y crecimiento de numerosos tumores malignos.

El futuro de Trinidad no puede forjarse entre cenizas y colillas. El trabajo preventivo no espera,  fuera de formalismos, concursos y fechas enmarcadas en el Día Mundial sin fumar, y necesita tocar a las puertas de la escuela, y especialmente de los hogares, en los que viven y aprenden los muchachos y las muchachas.

Conozco de iniciativas materializadas en Círculos de Interés científico-técnicos y otros proyectos educativos en las Escuelas Secundarias Básicas del municipio que pudieran extenderse a otros espacios, sobre todo los recreativos, donde la impunidad estimula a estos jóvenes que juegan a ser grandes con un cigarro entre las manos.

El humo del tabaco contamina, provoca diversos padecimientos que a la vuelta de unos años pueden cambiar la vida de cualquier persona. En cambio, las razones para aspirar el humo del cigarro entre los jóvenes son muy subjetivas: necesidad de reafirmarse en el grupo, lucir como hombres y mujeres… Ahora bien, ¿vale la pena sacrificar el futuro por una opinión ajena?

Este 31 de mayo se reconoce como Día mundial de lucha contra el tabaquismo, jornada que intenta llamar la atención sobre los efectos perjudiciales de la nicotina y promueve acciones de apoyo a quienes intentan abandonar el hábito. Pero una fecha, una campaña, no resultan suficientes, mucho menos efectivas para disminuir el número de fumadores.

Padres, maestros y adolescentes tienen la palabra. Las cifras no engañan. El municipio de Trinidad registra una alta tasa de fumadores. Pero todavía estamos a tiempo de que los números cambien. Solo se necesita apagar el último cigarro.