
Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Muy cerca de la Plaza Mayor, en el Centro Histórico de la ciudad de Trinidad, en el Patio Bécquer, se puede disfrutar de las más diversas manifestaciones culturales en un empeño constante por renovar las más auténticas tradiciones
Cultura en Trinidad: Los toques de Aldaba

Este centro recreativo, uno de los más rentables de la empresa Aldaba, resulta plaza fija de la Parranda Manacanabo, una de las agrupaciones más emblemáticas que cultiva el punto cubano.
Allí, el trovador Pável Esquerra pone música y alma a sus versos mientras Carlitos Irarragorry cautiva lo mismo con la guitarra que con su tres.
Pero además de estos artistas reconocidos, el Patio Bécquer acoge a aficionados y amantes de ese espíritu bohemio que distingue a esta ciudad, declarada por la UNESCO en diciembre de 1988 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, junto a su no menos famoso Valle de los Ingenios.

En la referida institución cultural de Aldaba, una empresa que se subordina a la Oficina del Conservador de Trinidad, también hay espacio para las tradiciones africanas, con la presentación del grupo Manana Mendó, las Tonadas Trinitarias, de mucho valor y que se estaban perdiendo, y se agradece, además, la presencia de las poetisas Anisley Miraz Lladosa y Fredesbina González Portieles, y de músicos como el repentista Emiliano Sardiñas.

Sobresale asimismo la iniciativa de dar cobija a artesanas diestras en el manejo del barro, el guano y el bordado, como es el caso de Magalys Ramírez Placeres, quien comparte su maestría en este arte manual.