Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología: promisoria carpeta de proyectos innovadores

El CIGB tiene ante sí el reto de lograr medicamentos innovadores de alto valor agregado con patente cubana. Foto: Dunia Álvarez Palacios

En sus más de tres décadas el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología obtuvo una gama de productos que han tenido un favorable impacto en el mejoramiento de la salud de nuestra población

Por: Orfilio Peláez

Concebido bajo el esquema de trabajo a ciclo completo de investigación-producción-comercialización, y financiado completamente por el Gobierno revolucionario, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) fue inaugurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 1ro. de julio de 1986.

Perteneciente al Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica, BioCubaFarma, la institución es hoy un complejo científico productivo de primer nivel donde laboran alrededor de 1 640 trabajadores con la misión fundamental de desarrollar vacunas humanas y veterinarias, medios diagnósticos, proteínas por vía recombinante para diferentes usos terapéuticos, además de incursionar en otras líneas vinculadas a la esfera agropecuaria y la acuicultura.

Según explicó su director general, el doctor Eulogio Pimentel Vázquez, en sus más de tres décadas de fecundo desempeño el CIGB obtuvo una gama de productos que han tenido un favorable impacto en el mejoramiento de la salud de nuestra población.

Destacó, entre ellos, la vacuna contra la hepatitis B lograda por ingeniería genética, cuya aplicación a través del programa de inmunización existente frente a esa dolencia hizo que desde el 2000 Cuba no registre casos agudos de la mencionada enfermedad en niños por debajo de cinco años, condición que a partir de 2007 se extendió a los menores de 15.

También resaltó el logro del Heberprot-P, único medicamento de su tipo en el mundo y devenido en el producto líder del centro, que destinado a la terapia de las úlceras del pie diabético en estadios avanzados, acelera la cicatrización de las lesiones e incide de manera significativa en la reducción del riesgo de sufrir una amputación de los miembros inferiores en más de un 70 % de los casos tratados.

En la actualidad el 90 % de los pacientes cubanos que requieren el innovador fármaco (fue reconocido hace unos años con la Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) tienen acceso a este en la atención primaria de salud, aseveró Eulogio Pimentel.

Sobre los resultados recientes del quehacer científico de la entidad precisó que al cierre de 2018 existían 252 autorizaciones de uso (registro sanitario) de productos creados en el CIGB en 57 países, fundamentalmente de América Latina, Asia y Rusia, mientras ascendían a 1 460 las solicitudes de patentes internacionales realizadas, de las cuales cerca del 80 % fueron conferidas.

Igualmente, hizo referencia a los prometedores beneficios que muestra el empleo del producto Proctokinasa, en fase de introducción en Cuba para el tratamiento de las crisis agudas hemorroidales, al propiciar en apenas 48 horas de comenzado su uso el cese del dolor y del sangrado rectal en el 68 % de los pacientes a quienes se les administró dichos supositorios, así como del Heberferon dirigido a la terapia del cáncer de piel no melanoma, que en 2018 mostró una eficacia superior al 95 % en los casos atendidos.

«En el caso particular de las vacunas veterinarias tenemos dos que resaltan por sus marcados impactos. Son ellas la Gavac contra la garrapata del ganado bovino, capaz de reducir significativamente el uso de plaguicidas y la incidencia de animales enfermos o fallecidos por hemoparásitos, además de aumentar los rendimientos productivos, y la denominada Porvac para la peste clásica porcina (enfermedad viral infecto contagiosa de amplia distribución global), aplicada ya en más de 350 000 ejemplares en nuestro país, la cual logra eliminar la transmisión del virus entre los cerdos que conviven, y de madres a hijos».

Como manifestó el doctor Pimentel, el CIGB tiene ante sí el reto de lograr medicamentos innovadores de alto valor agregado con patente cubana, dirigidos a favorecer el mejoramiento de la calidad de vida de la población, incrementar y diversificar los rubros exportables y sustituir importaciones.

Asimismo, constituye una prioridad contribuir a la autosuficiencia y sostenibilidad alimentaria de la nación, mediante la búsqueda de productos y tecnologías que eleven de manera notable los rendimientos y las capacidades nacionales de producción en aquellos renglones de alta prioridad, resaltó.

«Para dar respuesta a tales desafíos, nuestros científicos y técnicos laboran en la ejecución de un conjunto de novedosos proyectos investigativos. Figuran en la lista de los más promisorios, el relacionado con el péptido CIGB-500, fármaco en desarrollo que en los ensayos clínicos muestra evidencias de tener efecto cardioprotector, y los vinculados con el péptido CIGB-814 para el tratamiento de la artritis reumatoide y el CIGB-845, dirigido a la terapia de enfermedades cerebrovasculares».

Del mismo modo, aparecen los concernientes a la obtención de candidatos vacunales para el dengue, zika y el cáncer de próstata, subrayó el doctor Eulogio Pimentel.

PRECISIONES

  • Al cierre de 2018 la institución contaba con 86 Doctores en Ciencias y 229 Máster.
  • El estricto cumplimiento de los indicadores internacionales de buenas prácticas sustenta la confiabilidad, elevada calidad, seguridad y competitividad de los productos del CIGB. Solo el pasado año recibió 14 auditorías de carácter internacional, a cargo de entidades especializadas.
  • Otros dos centros biotecnológicos fueron inaugurados en Camagüey y Sancti Spíritus en los años 1989 y 1990, respectivamente.
  • Dentro de los resultados del CIGB en el sector agropecuario y la acuicultura aparecen el bionematicida ecológico HeberNem, que reduce al mínimo el grado de infestación por nematodos y favorece el incremento de la productividad y calidad en varios cultivos, y los suplementos Acuabios, que estimulan el crecimiento y el sistema inmune de peces y crustáceos, y han sido aplicados con resultados favorables en el cultivo del camarón y el salmón. (Tomao de Granma)