Cuba: ¿Cómo lograr una planificación más flexible de la economía?

El nuevo método defiende la idea de crear el plan desde la base y en franca discusión con los trabajadores. Foto: Julio Martínez Molina

Las miradas hacia el plan económico para 2020 proponen cambios que involucran a todos

Por: Yisel Martínez García

Muchos de los que se desempeñan en el mundo económico han reclamado, alguna vez, que la planificación de la economía sea más flexible. El tema no deja de ser una realidad posible, el problema es cómo lograrlo.

Mirando hacia adelante y en medio de una situación que no es la más favorable para la economía nacional, se da un nuevo paso. El éxito depende de cómo se lleve a la práctica.

Según explicó Alejandro Gil, ministro de Economía de Cuba, la proyección del plan para 2020 se está haciendo sin directivas específicas y sin límites. Pero, ¿qué significa esto?

Anteriormente se elaboraba un modelo global de la economía, macroeconómico, con las ofertas y demandas como referente. De ahí emanaban las directivas generales, las metas de crecimiento y las directivas específicas por sectores.

Siguiendo esta línea de pensamiento, el Ministerio de Economía y Planificación emitía, por ejemplo, la cantidad de azúcar, alcohol, huevos, carne y otros bienes que se debían producir, exportar, así como las indicaciones específicas para que las entidades elaboraran su plan.

Con el nuevo método, que prevé un plan sin directivas específicas y sin enmarcamientos, se defiende la idea de crearlo desde la base, con el criterio de los trabajadores. Esto permitiría identificar todas las potencialidades de la empresa, que se exporte más, se importe menos, se hagan inversiones que tributen más ingresos al país y se logre sustituir importaciones.

No habrá una camisa de fuerza, ni cifras, solo las directivas generales de país, según explicó el titular del sector en el Congreso de la ANEC.

«No es el momento de que alguien iluso diga que hace años está pidiendo 40 carros y, por esta nueva manera de hacer, ahora vaya a pedir 45. Eso sería una falta de respeto a la inteligencia colectiva. Este es el momento en que más restricciones tiene la economía, donde menos hay para repartir; es el momento de sacar las reservas internas, y a esas reservas no les vamos a poner camisa de fuerza.

«Pero hay que discutir bien en la base con los trabajadores e identificar, diseñar y buscar para 2020 una economía más eficiente, defendiendo esos conceptos. Para lograrlo, hay que prepararse bien. Las discusiones con los trabajadores ya se están dando, y hay tiempo para trabajar», explicó el Ministro.

Este nuevo modelo requiere de todo un ejercicio de conciencia y disciplina. Permitir que las entidades se desempeñen bajo estas pautas no significa que sus demandas puedan ser irracionales. Hacerlo desde esta perspectiva provocaría solamente la práctica de un ejercicio innecesario, para luego tener que elaborar un plan desde cero.

«No queremos que sea así. Creemos que hay suficiente conciencia y que, si se explica bien, se trabaja de conjunto con la CTC, la ANEC; y se comprende el punto en el que estamos, y participamos activamente, el plan que se construya será por naturaleza más eficiente que el que sale de arriba hacia abajo», aseguró Gil.

Implementar este mecanismo contribuirá también a llevar a la práctica el concepto de autonomía municipal, una idea suscrita en la nueva Constitución y que puede contribuir a mejorar la gestión económica desde la base con un plan más objetivo y conciso.

LA INDUSTRIA NACIONAL COMO PRIORIDAD

Se ha comprobado que revitalizar la industria nacional es imprescindible para sustituir importaciones y mejorar la economía cubana, es por eso que gana prioridad en la nueva metodología de elaboración del plan.

«Esto quiere decir que a la hora de asignar los recursos en la economía vamos a llevar a la práctica el concepto de que primero va la industria y después la importación; y por tanto se podrá importar, no lo que el país demanda, sino lo que permitan los recursos».

Con este interés, agrega Gil, se lograría una mayor dependencia de nuestras producciones para satisfacer las necesidades de la población. Para ello, aseguró, se están haciendo empresas mixtas para la producción de pollo y de carne de cerdo, y se está buscando inversión de capital en el país que incremente la tecnología y el know how, para aumentar la soberanía económica y generar empleos de calidad.

Para un país como Cuba, en vías de desarrollo y con una economía bloqueada, sumar recursos, fomentar actividades de alto valor agregado y aprovechar el potencial de conocimientos de sus habitantes son condiciones fundamentales para que las producciones a nivel nacional se desarrollen por encima de las importaciones.

En este momento, garantizar el aumento de las inversiones en la Isla no permitirá que se logre un crecimiento sustancial del PIB, pero eventualmente iremos creando una tasa de acumulación que permita el incremento sostenido del PIB del país, explicó el Ministro.

Como se ha diseñado en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, se prevén años con una baja tasa de crecimiento, que no comenzará a aumentar hasta después de 2022.

«Actualmente, en la medida en que se van aprobando los negocios, se incorporan al plan. Lo que queremos para el plan 2020 es que se conceptualice desde el diseño, para lograr una meta de inversión extranjera de la misma manera en que se logran otros indicadores. Debemos identificar dentro del plan cuál es la inversión extranjera que de manera directa demanda la economía, en qué sectores, y gestionarla para alcanzar esos niveles», argumentó.

Los resultados a largo plazo dependerán de la calidad y rigor con que este ejercicio se logre a nivel nacional. Ante una planificación más objetiva, de cara al plan de la economía para 2020, son muchos los retos que se prevén. Aunque no se van a ver grandes cambios todavía, sí se crearán las bases para avanzar en el futuro.

Estas nuevas maneras de hacer apuestan por la experiencia y el aporte de todos. Ya lo que algunos querían se está materializando, ahora es tiempo de que todos también sean creativos, flexibles y participen.  

SE PRIORIZAN:

  • Actividades vinculadas con la producción de alimentos, programas de la vivienda, transporte, informatización y medicamentos.
  • Financiamiento a la industria nacional.
  • Mantener la restricción del endeudamiento.
  • Garantizar el crecimiento de las inversiones.