Niños cubanos: Plenos derechos para ser felices

Foto: Radio26.cu

Por: José Rafael Gómez Reguera

A treinta años llega ya la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, fecha que el máximo organismo mundial ha conmemorado con una reunión de alto nivel, para así pasar revista a cuanto se ha hecho en estas tres décadas de tan importante concertación, bajo los auspicios del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Naciones Unidas conmemora 30 años de la Convención sobre los Derechos del Niño
Los derechos de la niñez en Cuba

OTRAS NOTICIAS DE TRINIDAD

En Trinidad, trabajo voluntario en homenaje al Che
Rinden tributo a Fidel en Asamblea Municipal del Poder Popular de Trinidad
Asamblea de balance de la UJC en Trinidad centra sus análisis en el funcionamiento
Iniciada temporada alta de arribo de cruceros por Trinidad
Obtuvo Trinidad tercer escaño en Festival Gastronómico-Cultural de Artex

Cuba es Estado parte de la citada Convención desde 1991, reconoce los derechos elementales de cada niño (sin distinción de sexo, raza, origen social o de otra índole) y no deja su protección a la buena voluntad institucional o la caridad individua. Aunque ello no quiere decir que en los años precedentes la protección a los infantes estuviera ausente de la política revolucionaria. Todo lo contrario. Los preceptos martianos fueron guía certera en este ámbito, y desde el principio la Carta Magna de la República explicita todo lo relacionado al respecto.

Es hermoso verlos corretear desde sus primeros años, sentirlos abrigados no solo por el ámbito familiar sino también por los cuidados que les prodiga el sistema educacional y el de la Salud Pública, apreciar su desarrollo integral cuando comienzan en las Vías No Formales o ya se integran a los Círculos Infantiles o los primeros grados de la primaria, e incluso, cuando al transcurrir los años llegan a la enseñanza secundaria.

Desde las páginas de La Edad de Oro, nuestro Héroe Nacional José Martí habló de los “caballeros de mañana”, y “las madres de mañana”. Y ellos, “los que saben querer”, “la esperanza del mundo” tienen en Cuba una patria forjada a base de esfuerzos y sacrificios para garantizar su normal desarrollo, protegidos y queridos.

Fidel Castro Ruz, el mejor alumno de Martí, vio en los pequeños el futuro luminoso de la patria. Para ellos fueron sus mejores sueños y sus grandes proyectos, como también sucedió con muchos otros cubanos como Vilma Espín Guillois y Celia Sánchez Manduley, hacedoras de sueños que luego se convirtieron en hermosas realidades, como el Palacio Central de Pioneros Ernesto Che Guevara, del parque Lenin, y la red de Círculos Infantiles que inundó el país de un extremo a otro.

En un mundo plagado de desigualdades, donde las políticas neoliberales asoman de cuando en cuando y crean sufrimientos, siembran dolor y muerte, desde la Isla de la Libertad se forja un presente la vista puesta en el futuro, sin hambre ni miseria, con educación gratuita y universal, con una atención médica constante incluso antes de nacer, con amor sin límites. Es el mejor aporte a esta fecha cada año.