Por: Joaquín Gómez Serra
El anuncio extraoficial del nuevo calendario y su estructura para la venidera 60 Serie Nacional de Béisbol por parte de la Comisión Nacional de Béisbol (CNB), tiene en entredicho la veracidad y credibilidad del debate público que se llevará a cabo en el teatro Principal de Sancti Spíritus este viernes.
El pueblo en general, aficionados o no al deporte nacional, peñas deportivas, entendidos en la materia, y por supuesto, la prensa deportiva buscarán pulsar el termómetro de criterios de la CNB, muchas veces puesta en entredicho.
Hace más de una década atrás se hizo un debate medio parecido, pero por entonces sólo pudo asistir la prensa, la cual se “desgalilló”, como se dice en buen cubano, y ¿qué pasó? pues nada, días después esos señores ataviados con los poderes que le confieren su status de mandamás de la pelota cubana, hicieron los que les vino en ganas.
Esa es uno de los grandes problemas de la pelota cubana, que fanáticos, pueblo y prensa, aunque quieran, no pueden creer cabalmente sus opiniones.
Y yo me pregunto, ¿qué están debatiendo estos señores que vienen desde Guantánamo y terminan esta primera fase en Cienfuegos, si ya anunciaron, de manera extraoficial, pero con visos de ser una realidad, y ya se conoce la nueva estructura para la pelota cubana, que, entre otras novedades, arranca el próximo mes de abril, con una serie nacional 60 que contará de 75 partidos para cada equipo, en vez de los 45 del actual clásico
Así, habrá subseries de tres y dos encuentros contra cada rival, sin refuerzos, con descansos y traslados los lunes y los viernes, lo que garantizará que siempre haya juegos los sábados y domingos, como debió ser siempre y no ocurre ahora mismo.
Cuando concluya la etapa eliminatoria, los cuatro primeros de la tabla discutirán el título, en el mes de junio. Al monarca del torneo se le estimulará con un viaje a algún certamen internacional.
Por su parte, los ocupantes de los puestos del quinto al octavo se batirán en los playoffs de comodines, para que los dos ganadores se unan al cuarteto vanguardista y clasificarán para la Liga Cubana de Invierno.
Esta etapa élite arrancará en octubre de 2020, con 45 desafíos y aquí sí cada selección dispondrá de nada menos que 10 refuerzos, una cifra que nos parece totalmente exagerada, pero es la que se plantea de momento.
Otra vez los cuatro primeros del ordenamiento discutirán el banderín en los play offs semifinal y final, de los que saldrá el campeón de la Liga y este será el representante del país en la Serie del Caribe.
Se afirma, también extraoficialmente, que la serie nacional sub 23 se desarrollará paralela a la Liga de Invierno, una decisión muy polémica, pues lo lógico es que se celebre al mismo tiempo que la justa cubana de mayores.
De ese modo los equipos de esta pudieran nutrirse del talento joven de sus respectivos territorios, en sustitución de jugadores con bajo rendimiento o con problemas de lesiones o de disciplina.
A pesar de todos estos pesares, Sancti Spíritus como parte de Cuba tendrá la posibilidad de aportar más ideas para el renacer de nuestro béisbol. Con seguridad se escuchará hablar de la mala situación de los terrenos de los estadios beisboleros de todos los municipios, en el que se incluye el Rolando Rodríguez, de Trinidad.
Se debe hablar sobre la casi nula existencia de terrenos para que nuestros niños y jóvenes lleven a cabo sus pitenes, amén de la ausencia de pelotas, guantes y uniformes, los cuales tienen que costear los padres a altísimos precios en las tiendas recaudadoras de divisas o en el mercado negro.
En esta mirada adentro al béisbol cubano, tampoco faltarán voces que se quejen sobre la poca fuerza técnica en poblados y municipios como si instrumentar cursos emergentes con peloteros retirados costara una barbaridad al sistema del Inder.
Se comprobará también la lejanía o distanciamiento de no pocas glorias deportivas, y de estudios relacionados con el béisbol engavetados en las Facultades de Cultura Física.
Y por supuesto varios abogados defenderán la asesoría foránea a nuestra pelota, pues Cuba es la de mayor número de entrenadores esparcidos por el mundo enseñando béisbol, mientras que los que se encuentran en la Mayor de las Antillas se han quedado atrás en la actualización de los más modernos sistemas de entrenamiento, de bateo y de preparación física, déficits que se hacen sentir en cada nuevo compromiso internacional.
Cursos de asesoramiento con lo último de los entrenamientos internacionales, la necesidad de que los salarios de los peloteros que juegan a diario se diferencien de los que no son regulares, el estipendio de directores, entrenadores y árbitros, aún inferiores que los de los peloteros, y el pago bien tardío de ellos deben ser temas también tratados en este debate público.
Y me pregunto yo: ¿si estos señores de la Comisión Nacional de Pelota viven para el béisbol y no del béisbol, tienen necesidad de enterarse de estos problemas que aquejan el desarrollo y traen el estancamiento de este deporte, o es que viven en una silla de burócratas en su sede principal, el estadio Latinoamericano.
Por lo que a mí me corresponde, soy del criterio, que este debate público será bailar con lo mismo de lo mismo, y que en reuniones y más reuniones, paseando por todo el país, no se arreglarán estadios, no se mejorará el césped, ni se elevará el techo de nuestro pasatiempo nacional. Aunque incrédulo, esperemos hasta el viernes a ver ¿qué pasa con el debate público en Sancti Spíritus sobre el béisbol nacional?