Provincia de Sancti Spíritus: baja fecundidad y notable envejecimiento

Las bajas cifras de nacimientos inciden en el decrecimiento demográfico de la provincia. Foto: Vicente Brito / Escambray.

La provincia de Sancti Spíritus exhibe una de las menores tasas de fecundidad en Cuba y una de las de mayor envejecimiento.  En los últimos años registra un decrecimiento en términos absolutos del número de habitantes

Por: Carmen Rodríguez

Hace unos cuatro años, con 23 abriles, Mabel Hernández estaba a punto de graduarse en la universidad y llegó el embarazo inesperado, que asumió porque se sintió preparada para ser madre; pasado algo más de un año, llegó el segundo, algo que, si bien la sorprendió, también asumió junto a su pareja, a sabiendas de que contaba con la ayuda de su mamá.

“Pero es suficiente. En estos tiempos hay que pensarlo para tener más de un hijo, incluso para asumir el primero, aun cuando estés en la edad adecuada y condiciones aceptables”, asume la muchacha que tuvo que apelar a los famosos “cuidos” cuando nació la primera bebé hasta que le llegó el círculo infantil y después sufrió una espera de dos años para que a su otra niña le aprobaran la entrada a esa institución.

Yesenia Rodríguez, una joven que tiene sueños indefinidos como ser actriz, viajar y “salir adelante”, como dice ella, a pesar de sus 28 años no piensa en la maternidad como parte de su futuro inmediato: “Es que vivo todavía con mis padres y hermanos y me he casado dos veces, ¿a quién le voy a parir y dónde voy a vivir?”.

Así las cosas, la contemporaneidad apunta a una expectativa de familia pequeña, a lo cual, según los especialistas, contribuye una mayor difusión de los métodos anticonceptivos y una política de despenalización respecto al aborto. En Cuba existe una avanzada transición demográfica, es decir, que exhibe algunos patrones demográficos de naciones industrializadas, lo que conduce sin freno a la existencia de una situación compleja que se traduce en el envejecimiento de la población y la tendencia a la disminución de esta.

La provincia de Sancti Spíritus no está ajena a esta situación y no pocos se preguntan: ¿por qué somos menos? Los expertos en materia social aseguran que son varias las causas: la disminución de la fecundidad, que se ha mantenido por debajo del nivel de reemplazo durante más de 30 años, el acelerado proceso de envejecimiento de la población, una elevada esperanza de vida que se compara con los países desarrollados y un importante componente migratorio que también ayuda a contraer el crecimiento de la poblacional.

LA NATALIDAD NO ES SOLO NÚMEROS

De acuerdo con análisis efectuados por el Grupo de Trabajo Provincial de Estudios Demográficos, conformado por especialistas de la Oficina de Estadísticas, Planificación Física, el Ministerio de Trabajo y Salud Pública, entre otras instituciones, el futuro apunta a una expectativa de familia pequeña. Encuestas realizadas a mujeres en edad fértil, no esterilizadas y en unión, arrojan que entre las razones para no tener hijos están el tamaño alcanzado por la familia, la edad, el hecho de que interrumpe el desarrollo personal, problemas de vivienda y la inestabilidad de las parejas.

Pero según Mariano Ramón Valle Castañeda, especialista en Demografía en la Dirección Provincial de Estadísticas, la fecundidad no puede verse solamente como un número, sino que debe vincularse con los factores socioeconómicos y sociodemográficos que influyen directamente en su estudio.

“De hecho, la tasa bruta de fecundación por años considera solo los nacimientos femeninos, es decir, la cantidad promedio de hijas por mujer, lo que constituye el primer acercamiento a la capacidad de reemplazo de la población. En Sancti Spíritus ese indicador no llega a 1.0, y durante los años 2014-2018 se observó un descenso tan marcado que la tasa bruta de reproducción no muestra valores que den nivel de reemplazo con aportes de al menos una hija por mujer que tanto ayudaría a frenar el envejecimiento de la población espirituana”, detalló Valle Castañeda.

“La provincia, una de las tres más envejecidas de Cuba, tiene un índice de envejecimiento poblacional del 21.7 por ciento, superior al del país que es del 20.4 por ciento, cuenta con un universo de 101 441 habitantes de 60 años y más, así como unas 110 personas centenarias”, resume Yudiana Afonso, vicepresidenta del Consejo de la Administración Provincial que tutela el programa en Sancti Spíritus.

CAUSAS Y AZARES

“Tengo 28 años y sí, estoy con mi pareja, pero hasta ahora esperé por realizarme profesionalmente, y sobre todo por tener las condiciones económicas que me permitan independencia”, explica Leila Pérez, una profesional de las letras que espera, un día, tener la suficiente libertad de aspirar a techo propio.

Su colega Aida Hernández no lo ve como un problema que atañe únicamente a la mujer: “A diferencia de nosotras, los hombres tienen menos miedo a convertirse en padres, que no es lo mismo que asumir la paternidad, para muchos es solo una competencia: todos tienen y yo también quiero”.

La opinión de José Antonio Rodríguez no se aleja mucho de las anteriores. Ya pasados los 30, el joven asume que alguna vez actuó de forma irresponsable. “Cuando tuve mi primera hija no estaba preparado para nada, tenía 21 años y era una relación inestable y no me protegí. Después tuve otra con otra pareja y por ahora no nos hemos planteado tener más por la difícil situación económica; hay que pensarlo para dar a dos niños todo lo que necesitan”.

A fin de garantizar la continuidad generacional instituciones como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) se involucran de lleno en el asunto.

“De acuerdo con las investigaciones que efectúa el Grupo de Trabajo Provincial para los Estudios Demográficos y las acciones realizadas hasta el momento, se ha previsto asumir del presupuesto del Estado un financiamiento por 6 932 600 pesos para las necesidades de ejecución de acciones constructivas en viviendas de madres con tres o más hijos menores de 12 años, a partir de un estudio que tiene previsto atender a 358 madres, para lo cual ya fueron entregados 4 852 800 pesos, a Yaguajay, Taguasco, Cabaiguán y Fomento, los cuatro municipios aprobados en esta primera etapa. De igual manera, en el 2018 y lo que va del 2019 se ha podido ayudar a 40 madres con más de dos hijos mediante planes estatales y subsidios”, precisó Belkis Díaz Jiménez, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas en la provincia.

Para materializar esa política se trabaja, además, en la dispensarización de parejas desde el nivel primario y hasta la fecha se han captado unas 4 789 y vistas por primera vez en consultas municipales en el presente año 912, además de que se han obtenido 82 embarazos clínicos. Asimismo, se han atendido 857 pacientes en consulta provincial de pareja infértil, con ocho embarazos logrados y más de 30 parejas remitidas al Centro Territorial de Reproducción Asistida, en Cienfuegos.

Las limitaciones para ampliar las familias sobran, como lo atestiguan los criterios de muchas embarazadas cuando apuntan que lo vendido por concepto de canastilla no cubre las necesidades, ni todos los salarios alcanzan para comprar culeros desechables. Tampoco basta que se cuente en la provincia con 33 círculos infantiles con una capacidad total de 4 663 niños porque no son suficientes y en papeles existen 1 659 solicitudes pendientes, de ahí que se necesite abrir nuevas instituciones de ese tipo.

El normal descenso y envejecimiento de la población en edad fértil es un fenómeno social que está ahí y, de no lograr un equilibrio en breve, los índices de fecundidad llegarán a cifras mínimas, en tanto serán los mayores de 60 años quienes conformen el mayor de los grupos etarios en Cuba. (Escambray)