El ingenio de Jatibonico es el tercero del país que alcanza el plan de producción de azúcar luego de tres años sin lograrlo y se mantendrá activo para aportar más crudo a la economía nacional
CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)
Por: José Luis Camellón
Aunque la molida se prolongó hasta las 114 jornadas y apenas hubo un día de operación agroindustrial exento de tensiones a causa de limitaciones materiales y energéticas, ni pudo desentenderse de las medidas que impuso el enfrentamiento a la COVID-19, el central Uruguay dejó atrás la cadena de tres años incumpliendo el plan de azúcar para dar a Sancti Spíritus la noticia productiva más alentadora del presente año.
Es cierto que resulta una zafra discreta en términos de producción de crudo —alejada de las 100 000 toneladas—, sobre todo cuando se repasa la historia de esa singular industria admirada en toda Cuba; pero se trata de materializar un plan concebido a partir de la cantidad de caña hoy, de ahí la validez del cumplimiento que le sirve para inscribirse como el tercer central cubano que alcanza tal objetivo.
Por eso la noticia corrió por los cañaverales y la industria; por eso el pitazo de la madrugada de este miércoles como señal de victoria productiva puede hasta que haya sorprendido a algún trasnochado, acostumbrado a que a las nueve de la noche esa sonoridad acompaña desde hace días a esos que luchan con vestimentas de cosmonautas contra el nuevo coronavirus.
Para Manuel Pérez Siberia, director de operaciones de zafra en la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, una de las claves de la contienda proviene de la alta eficiencia que compensó las bajas molidas. “Lo más importante ha sido la eficiencia, expresada en el rendimiento industrial, el aprovechamiento del rendimiento potencial de la caña y el recobrado, un comportamiento similar también logrado en el central Melanio Hernández y que permite que los dos ingenios se ubiquen entre los siete mejores del país y la provincia figure como la más integral de la campaña”, señaló.
Pérez Siberia destacó el esfuerzo de todos los colectivos enroladas en la zafra del Uruguay para cumplir con las medidas de protección orientadas como parte del enfrentamiento a la COVID-19, “pero en ningún momento se paralizó la producción”, acotó.
Más que acudir a estadísticas productivas, Vladimir Gómez, director del central Uruguay, reveló otra arista que también hizo posible el cumplimiento: “Esto ha sido un trabajo día a día, poniéndole la mano en el hombro a cada trabajador, explicándole las razones y el compromiso que representa este aporte para la economía del país en medio de esta adversa situación; ese fue el reto, saber aprovechar el momento, la materia prima y superar las metas”.
La concreción productiva del principal central espirituano y uno de los líderes del país, coloca a la provincia a las puertas de convertirse en la primera en llegar a materializar el plan, subrayó Aselio Sánchez, director de la Empresa Azucarera. “Estamos haciendo una zafra en condiciones difíciles no solo por las limitaciones de recursos, también por la protección que hay darle a todos los trabajadores, pero en los próximos días debemos completar el plan de azúcar del territorio y más adelante lo hará el Melanio Hernández”. (Escambray)