Eduardo García Delgado, un lugar especial en la Historia de Cuba

Foto: Granma

Por: Rafael Novoa Pupo

La Historia de Cuba es rica en hechos extraordinarios, y ella reserva un lugar especial para Eduardo García Delgado, un joven que con 25 años de edad y miembro de las Milicias Nacionales Revolucionarias pasó a la inmortalidad de los héroes de la patria al escribir con su sangre el nombre de «Fidel» momentos antes de dejar de respirar, cuando fue víctima de las agresiones de Estados Unidos el 15 de abril de 1961.

Eduardo era uno de los nueve hijos de Ángel García y María Delgado, nacido en Cienfuegos el 13 de octubre de 1935. Su familia se dedicaba a labores del mar en la zona costera entre Cienfuegos y Trinidad.

Cuando Fidel hizo un llamado a los milicianos, en un acto efectuado en la Universidad de La Habana, Eduardo dio el paso al frente y se integró a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, donde se formó como artillero e instructor revolucionario, tarea que le ganó el apodo de “El Profe”.

En la mañana del 15 de abril de 1961, cuando se produjo el ataque aéreo mercenario organizado por el gobierno de Washington a varios aeropuertos cubanos, Eduardo se encontraba en uno de los tres puntos que bombardearon las fuerzas enemigas: el aeropuerto militar de Ciudad Libertad, donde cayó heroicamente.

El gesto de Eduardo García Delgado encierra una gran dosis de simbolismo y de fidelidad sin límites al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, a quien antes de morir escribió con sangre su nombre.

Durante el sepelio a las víctimas, al día siguiente frente a un mar de pueblo agitado y enardecido, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó:

Aquí frente a la tumba de los compañeros caídos, aquí junto a los restos de los jóvenes heroicos, hijos de obreros e hijos de humildes, reafirmemos nuestra decisión de que al igual que ellos pusieron su pecho a las balas, al igual que ellos dieron su vida, vengan cuando vengan los mercenarios, todos nosotros orgullosos de defender esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, no vacilaremos frente a quienes sean, en defenderla hasta nuestra última gota de sangre”.