Abril, mes de gestas históricas y libertarias propició premiar por sus años de servicio a la Patria desde su organización política, a un grupo de dirigentes y trabajadores del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Trinidad.
La funcionaria de la esfera político-ideológica del PCC en el territorio Yudit Guzmán Miranda, al inicio de la actividad ofreció la lectura del poema del Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí) titulado La Puerta del Partido, el cual finaliza “…este lugar, es un lugar propicio para el amor, el sacrificio, aquí tienes que ser: el último en comer, el último en dormir, el último en tener y el primero en morir.
Ramón Cano Benítez, quien desde pequeño frecuentaba con su abuelo la sede de ese órgano del honor y la conciencia, atesora 30 años de labor ininterrumpida en sus funciones como operador de audio, aunque por su multifacética actitud ha cumplido diversas tareas.
En representación de la mujer la sobresaliente recepcionista Magalys Altunaga Zayas, por su abnegada e inexorable entrega recibió en nombre de las flores con almas que se desempeñan en esa vanguardia de la clase obrera cubana en Trinidad el certificado de 20 años de trabajo ininterrumpido.
Los albores del aniversario 59 de la Primera Gran Derrota del imperialismo yanqui en América Latina incentivaron en todo el país, los actos de entrega de certificados de reconocimiento a la constancia en el desarrollo de faenas en diversas estructuras las cuales permiten que el PCC cumpla su protagonismo en la sociedad.
En el salón de reuniones del Comité Municipal del Partido, la presidencia entregó los diplomas rubricados por el Comandante José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del PCC, dado al aporte a la edificación de nuestro proyecto socialista.
Denis Díaz Peláez, Presidente del activado Consejo de Defensa Municipal por el enfrentamiento a la COVID- 19, al felicitar a los congratulados, significó que nuestro Partido con las doctrinas de José Martí y de Fidel Castro, junto a la unidad y los sentimientos solidarios de quienes enarbolan las banderas de amor a la humanidad, patentizan que con Raúl Castro y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la Revolución cubana como en Playa Girón, siempre será invencible.