Por: Rafael Novoa Pupo
La cultura cubana recuerda hoy a uno de sus más ilustres hijos José María Heredia. Su talento despertó tempranamente cuando apenas con 18 años, edita su primer periódico literario titulado Biblioteca de Damas. A partir de entonces colaboró, publicó y dirigió en los periódicos más leídos por la juventud cubana de su época. De sus obras poéticas más extraordinarias podemos citar entre otras Oda al Niágara y el himno del desterrado.
En 1823 se vio envuelto en la conspiración Soles y rayos de Bolívar integrada por un grupo de criollos, y de la que fue el uno de sus principales dirigentes, Esta conspiración, además de desear la independencia de cuba, constituyo el primer intento de liberar a la isla del colonialismo español y fundar una nueva república.
En los últimos tiempos antes de morir, se desempeño humildemente como redactor en el Diario del Gobierno, obteniendo así la única retribución de sus últimos años de soledad y pobreza.
Solo vivió en Cuba seis de los 35 años de su corta vida que llega a su fin el 7 de mayo de 1839 en la ciudad de Toluca México, a causa de la tuberculosis que había contraído en los Estados Unidos.
Enrique José Varona, pensador y uno de los más grandes pedagogos y filósofos de Cuba, manifestó que todos los cubanos de su generación aprendieron a sentir la patria, a través de las obras de Heredia.
Nuestro Héroe Nacional José Martí, que al igual que Heredia fue poeta y exiliado, regresó una vez también a la patria sin armas, cuando esta no era libre, lo que le hizo comprender la falta de valor que tuvo el cantor del Niágara para morir sin ver a su madre pero a pesar de ello, no solo lo consideró un símbolo, sino que lo proclamo el primer poeta de América.