Nuestra historia está plagada de Marianas con virtudes y valores las cuales constituyen paradigma para las actuales y futuras generaciones de cubanos por su entereza, leal ejemplo a los más puros ideales forjados desde la misma cuna martiana donde fueron educadas.
En el mes de la flores una de ellas vio la luz en Media Luna, término de la actual provincia de Granma, el nueve de mayo de 1920, de niña aprendió de sus padres las ideas, de ellos tomó la personalidad que siempre la caracterizaron en las distintas circunstancias y peligros para cumplir importantes encomiendas.
Acompañada de su padre en el centenario del natalicio del Apóstol de la Independencia colocaron la escultura del Héroe Nacional de Cuba en el Pico Turquino realizada por la artista Jilma Madera Valiente.
Así era Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley, la hija de Manuel y Acacia, la valiosa muchacha oriental devenida junto a Frank País García, integrante del Movimiento Revolucionario 26 de Julio dirigido por Fidel Castro.
Como Norma, su nombre de guerra, cual capullo empinado asumió disímiles misiones las cuales la convierten en figura indispensable en los gloriosos días de los preparativos de la expedición del yate Granma y de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Fue la primera mujer que ocupó la posición de soldado combatiente en las filas del Ejército Rebelde. También uso los seudónimos de Lilian, Carmen, Caridad y Aly. De sus acciones conoció El Escambray trinitario. Aquí, por orientación del Comandante en Jefe trasladó un mensaje de aliento a quienes luchaban por la libertad de Cuba.
Asimismo en el centenario de su natalicio su impronta pervive en Trinidad urbe donde junto a Fidel, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida Bosque y otros altos dirigentes cuando el 13 de agosto de 1959 abortaron la conspiración batistiano-trujillista, la cual costó la vida a tres valiosos revolucionarios además de perdidas económica.
Desde el enero victorioso asumió tareas y responsabilidades que la mantuvieron espigada y activa en los momentos más trascendentales de la Revolución. Secretaria del Consejo de Estado, diputada al Parlamento, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, dirigente nacional de la Federación de Mujeres Cubanas y creadora de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
Su nombre está asociado a disimiles instalaciones recreativas, culturales y sociales como el Parque Lenin, la Heladería Coppelia de La Habana, hoteles entre ellos el Marazul y el Pasacaballo de Cienfuegos y el emblemático Palacio de Convenciones de la capital cubana.
Aunque sus pétalos palidecieron el fatídico once de enero de 1980, por su perenne protagonismo y profundos sentimiento humanitario, será la eterna heroína de la Sierra y el llano, la flor más autóctona de la Revolución cubana y de la patria socialista.