En Trinidad, Celia Sánchez, legado que inspira y compromete

Foto: Presidencia Cuba

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

De Celia Sánchez Manduley trascienden sus historias de sensibilidad y humanismo; la muchacha delgada que en los años de la Sierra Maestra desafió los montes y amenazas para darle luz al Ejército Rebelde, fue también la heroína del llano, de la Patria que nacía y abrió los brazos a los hijos de esta isla para unirlos en un único camino, el de la dignidad. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV)

Celia. Foto: Radio Habana Cuba.

De Celia se cuentan mil y una anécdotas, de cómo estuvo siempre al lado de las causas justas, de las mujeres que en los primeros años de la Revolución enfrentaron prejuicios y contaron con su apoyo para ser parte de la gran obra emancipadora iniciada el Primero de enero de 1959, de los niños y niñas que alcanzó con su abrazo de un extremo a otro de Cuba.

Leyanis Torres, especialista en primer grado de estomatología y su asistente la licenciada en estomatología Maricel Puig. Foto: Ana Martha Panadés.

El centenario de su natalicio nos sorprende en medio de una cruzada por la vida, el enemigo es un virus invisible pero altamente contagioso, que hasta hoy tiene como mejor vacuna la solidaridad y el sentido del deber; y en este campo de batalla codo a codo andan unidos los cubanos y cubanas, escribiendo historias de heroísmo, ya no importa dónde.

Las mujeres, fuerza importante de trabajo en la fábrica de cigarros de Trinidad. Foto: Ana Martha Panadés.

Hay muchas Celias que se levantan, miles de herederas que construyen el presente: profesionales de la salud que han dejado a sus hijos, a sus madres, a sus esposos en casa para ganarle la batalla a la COVID-19, aunque vaya en ello la incertidumbre de días de aislamiento, la confirmación de un contagio; hoy las nombramos guerreras, valientes, ángeles de batas blancas o verdes, de hermosos rostros más allá de mascarillas y gafas, más allá de la fatiga y el desvelo.

Hay otras Celias en las cocinas de nuestros hospitales, en las lavanderías, en las labores de limpieza de las salas de ingreso, detrás del mostrador, en la digna faena de barrer las calles, frente a una computadora y la cuartilla en blanco, en el surco cultivando la tierra, preservando el orden y la tranquilidad ciudadana, en el hogar para que otros vayan a cumplir con su deber.

Celias que se multiplican con más vehemencia que el mismísimo coronavirus, Celias que anuncian un amanecer de esperanza y de victorias, Celias que en Trinidad inspiran y comprometen.

La brigada del turismo de apoyo a entidades de la Salud Pública en La Habana, tiene una fuerte presencia de la mujer. Foto: Ana Martha Panadés.