Enfermeros: baluartes en la lucha a favor de la vida

Foto: Ahora.cu

Por: José Rafael Gómez Reguera

Enfermeras y enfermeros celebran hoy su día internacional, fecha que tiene como punto de referencia el aniversario del nacimiento de Florence Nightingale. Ante la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, ellos están en la primera línea de combate, tal como sucede con los de Trinidad, profesionales bien entrenados que laboran tanto en Cuba como en otros países. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V)

El licenciado en enfermeria Francisco Prada, de Trinidad, ahora combate la COVID-19 en Antigua y Barbuda como parte del contingente Henry Reeve. Foto: Cortesía de Francisco Prada.

Jornadas extensas y extenuantes no doblegan la voluntad de estos hombres y mujeres entregados de lleno a una noble profesión que hoy día cobra inusual relevancia  a favor de la vida, tanto en las llamadas “zonas rojas”, donde se atienden a los infectados, como en los centros de aislamiento, e incluso, en la Atención Primaria de Salud y demás instalaciones sanitarias.

Es esta una fecha que más que celebrarse, dadas las actuales circunstancias por las que atraviesa el mundo, muestra la forma en que Cuba ha preparado a quienes se desempeñan en la Salud Pública de la Isla, donde todos los servicios médicos son gratuitos, están al alcance de todas las personas.

Brigada de enfermería cubana hacia Barbados para combatir la COVID-19. Foto: Prensa Latina.

Ellos entienden de esperanza y valor, alegría y desesperación, dolor y sufrimiento, así como de vida y muerte. Pero bajo estas circunstancias, cada minuto puede significar muchísimo, enfundados en sus trajes protectores, para, esperanza de por medio, salvar vidas, lo más preciado del ser humano.

Duele leer historias como la de una enfermera norteamericana, madre de cuatro niños, contagiada por la COVID-19 porque no tuvo adecuados medios de protección. Tenía solo 33 años.  Otra enfermera, de raza negra, quien laboró en un hospital de Detroit durante 31 años, murió contagiada luego de ser rechazada cuatro veces en ese mismo centro de salud. Son historias dolorosas y tristes. Ninguna de ellas era cubana. En la Isla de la Libertad, asediada, bloqueada, es impensable que algo así pueda suceder.

Para ellas y ellos, también el aplauso de cada noche de los barrios cubanos, desde donde se les rinde homenaje y se les reverencia.