Eduardo Saborit, uno de los más altos exponentes de la cultura cubana

Por: Rafael Novoa Pupo

Eduardo Saborit Pérez nació el 14 de mayo de 1912 en Campechuela, antigua provincia de Oriente. Sus primeros pasos en la música los dio en el pueblo de Niquero, donde contactó con el profesor Crecencio Rosales, quién le enseña teoría y solfeo de la música. Más tarde y ya con algún conocimiento de este difícil arte, se inclina a estudiar guitarra y flauta.

A principios de los años 40, a Saborit se le presenta la oportunidad de integrarse al complejo CMQ, donde realizó disímiles tareas que se ajustaban a sus profundos conocimientos de la música campesina, y de índole popular como la guaracha y el son.

Al triunfo de la Revolución cubana el 1ro de enero de 1959, dedicó su vida y obra a los logros de la nueva etapa, donde compuso varios himnos que responden al momento histórico vivido.

En 1961 participó en la Campaña de Alfabetización fungiendo como asesor. En esta etapa compone la canción “Despertar”, obra inspirada en una carta que le envía un joven campesino al Comandante en Jefe Fidel Castro, expresándole que había despertado de la ignorancia que estaba viviendo. Así mismo compone la música del Himno de la Alfabetización.

Tumba del dstacado compositor en la necrópolis de Colón. Foto: wikipedia.

Visitó varios países de Europa entre ellos Finlandia, España y Francia, así como los del campo socialista, entre ellos la antigua Unión Soviética. Es allí en el balneario de Sochi, donde al realizar un recuento de los viajes realizados, alejado de su Cuba bella, que compone la canción que lo inmortaliza: “Cuba, qué linda es Cuba”, la cual fue aplaudida en el XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. La creación de “Conozca a Cuba primero y al extranjero después” que enciende el alma de los cubanos que la escucharon, le valió ser condecorado con la medalla de oro de La Habana, y por cuya composición jamás quiso cobrar un centavo.

El 5 de marzo de 1963, a la edad de 52 años, le sorprende la muerte producto de un infarto. Con su deceso perdió la música y la Revolución uno de sus mejores y más altos exponentes que supo colocar su obra al servicio de la Patria. El duelo fue despedido por el El Indio Naborí.