José Martí, nuestro y de todos los días

Foto: Habana Radio

Por: José Rafael Gómez Reguera

De diversas formas nos acercamos a José Martí. Nuestros padres y abuelos viven orgullosos de la historia patria, y del más universal de los cubanos se habla a diario. Es casi increíble cuanto escribió, así como la diversidad de temas abordados, a pesar no solo de su corta vida, sino de todo el tiempo en el que estuvo fuera de Cuba. Pero la realidad cubana está retratada en sus escritos con una singular viveza y belleza.

A Martí se llega también desde la escuela, porque no hay ninguna sin un busto del Apóstol, con flores frescas en cada jornada, y centro de las actividades de cada una de ellas. Se le recuerda constantemente porque los escritos y discursos de nuestro Héroe Nacional son parte inseparable del sistema educacional de la Mayor de las Antillas, donde la Historia late, y justo por eso, somos continuidad.

José Martí. Pintura: Jorge Arche.

Es ese José Martí, cotidiano, transparente, reflexivo, el que nos lleva a esforzarnos en el estudio, el trabajo y la defensa, el que inspira desde las más tiernas edades, el amigo, el Maestro, el Autor Intelectual del Asalto al cuartel Moncada, el que desde un busto salido de las manos amorosas de Jilma Madera, y colocado en la cima del Pico Real del Turquino por Celia Sánchez Manduley y su padre, otea el horizonte y sabe del esfuerzo en pos de mejores tiempos, a pesar del Norte revuelto y brutal que nos acecha y bloquea.

Martí es nuestro y de todos los días. Y por eso, más allá de fechas y conmemoraciones, es una parte de nuestras almas y nuestros corazones, ese misterio que nos acompaña, al decir de José Lezama Lima, para todos los tiempos.