Por: Rafael Novoa Pupo
El 1 de junio de 1984 se inaugura en Trinidad, el Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos, único de su tipo en el país. La inauguración contó con la presencia del comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, el entonces Ministro de Cultura Armando Hart Dávalos, y el comandante sandinista Omar Cabezas Lacayo, además de numerosos oficiales y combatientes que participaron en la gesta.
Desde 1983 comenzaron los trabajos de reconstrucción y adaptación para el actual uso del edificio, Institución cultural, que nació como albacea de una guerra inolvidable por tanta muerte inocente, y por tanto valor multiplicado.
El museo recoge los momentos esenciales del agudo enfrentamiento clasista desatado en Cuba a partir de 1959 hasta 1965, y se detiene en particular en todo lo relacionado con la contrarrevolución armada, y los mecanismos de defensa de la Revolución.
Por la importancia de los hechos y acontecimientos que se desarrollan en esta etapa de nuestras luchas y por la magnitud de las acciones que tuvieron lugar en el Escambray y en Trinidad, es que se plantea la necesidad de fundar una institución que exhiba, conserve, y promocione los exponentes relacionados con el hecho histórico, incluidas armas de los miembros de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), y de los bandidos, fragmentos de paracaídas, uniformes, y collares de Santa Juana, entre otras piezas.
La Institución cuenta con seis salas de exposición dedicadas a la historia del inmueble; a las Brigadas Universitarias José Antonio Echeverría, que recoge las luchas del movimiento estudiantil antes y después de 1959; una para los antecedentes de la Lucha Contra Bandidos (LCB) con la situación de Cuba antes del triunfo revolucionario, las luchas del Moncada, del Granma, la Sierra Maestra y la invasión a Las Villas, entre otros hechos relevantes.
De igual modo otra sala incluye objetos pertenecientes a cabecillas de las bandas contrarrevolucionarias, fotos de armamentos utilizados por ellas, la captura por las MNR y la LCB en todas sus etapas, además de una galería de los mártires, donde se muestran fotos y datos de algunos de los 879 muertos en estos enfrentamientos en todo el país.
El museo durante 36 años ha desplegado una valiosa labor en función de la promoción, exhibición y conservación de este legado histórico y patrimonial. Su Centro de Documentación ha sido avalado por el Ministerio del Interior y el Instituto de Historia de Cuba como centro de Referencia Nacional para las investigaciones relacionadas con esta temática. Además, cuenta con otras dos valiosas dependencias anexas también vinculadas a la epopeya: las casas museo de Manuel Ascunce Domenech y Pedro Lantigua Ortega, y de Alberto Delgado Delgado.