José Antonio Méndez, La gloria eres tú

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Por: José Rafael Gómez Reguera

La gloria eres tú, una de las más hermosas creaciones musicales cubanas, indefectiblemente nos hace asociarla con su autor, el destacado compositor, guitarrista y cantante cubano José Antonio Méndez, (La Habana, 21 de junio de 1927 – 10 de junio de 1989), uno de los fundadores del Filin, autor de obras emblemáticas de la canción latinoamericana, y reconocido internacionalmente.

Procedente de familia humilde, su padre fue obrero barnizador de muebles y la madre, un ama de casa, que se esforzó por la superación de sus hijos, a los que les enseñó las primeras letras.

Cursó estudios preuniversitarios y se dedicó a hacer presentaciones como hobby. Un día hizo una canción que la escuchó alguno de sus compañeros, quienes le propusieron componer. Tiempo después nacían de su profunda inspiración grandes obras.

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En su casa conoció a Sindo Garay, Manuel CoronaRosendo Ruiz. En 1940 se presentó en La Corte Suprema del Arte, donde ganó el primer premio con el corrido Cocula; en 1946 escribió Novia mía, otra de sus grandes piezas musicales que ha dado la vuelta al mundo, y al año siguiente La gloria eres tú, que popularizó Toña la Negra y Pedro Infante la interpretó en el filme mexicano Dos tipos de cuidado.

Integró el trío Xochimilco, y el grupo Loquibambia, integrado, entre otros, por Frank Emilio, Omara Portuondo, Bobby Williams, Jorge Mazón y Alberto Menéndez, con el que actuó en la radioemisora Mil Diez.

Presidió la editorial Musicabana, integrada por cultores del filin. En 1949 viajó a México por invitación del cantante cubano Pepe Reyes; allí era ya conocido por las grabaciones de La gloria eres tú, en las voces y guitarras del Trío Durango, que después interpretó Toña la Negra, los Tres Ases también acogieron en su repertorio alguna de sus canciones. En México trabajó junto a grandes músicos como el compositor y pianista cubano Dámaso Pérez Prado, Creador del Mambo, ritmo mundialmente conocido, y Benny Moré, el Bárbaro del Ritmo, entre otros, y recibió el apoyo de Ninón Sevilla.

En 1955 grabó para la RCA Víctor, por iniciativa de Mario Rivera Conde, director artístico de esa casa discográfica, su primer LD con canciones suyas y de otros compositores. En 1956 viajó a Guatemala y de allí regresó a México, donde compuso en 1957, Si me comprendieras, que grabó Lucho Gatica con la orquesta de Sabre Marroquín.

En la década del 40, al surgir el movimiento filin, José Antonio fue uno de sus pilares fundamentales, junto a César Portillo de la Luz, Ángel DíazÑico Rojas, Luis Yáñez, Andrés Hechevarría Callava (Niño Rivera), Rosendo Ruíz Quevedo,  Elena Burke y Omara Portuondo.

Sobre este movimiento expresó: …filin quiere decir sentimiento, pero para nosotros más bien era también algo de la época nuestra, del tiempo que vivíamos. No era sutileza, sino decir algo. Uno podía tener la voz ronca, pero si enviaba un mensaje o decía algo ya tenía filin… De inmediato el término feeling o filin, porque lo españolizamos, pasó a denominar todo lo bueno, lo moderno… Y agregó: …cada vez que uno ponía más de la tónica y dominante establecida, una novenilla, una séptima, se decía: “Ah, esa cosa tiene filin”. Y es que nosotros buscábamos la espontaneidad, romper la monotonía. Para nosotros filin era tener algo propio, un sello, una onda del tiempo y del gusto, del buen gusto de la época.

Regresa a Cuba en 1959. En 1967 fue elegido presidente de la Sociedad Cubana de Autores Musicales (SCAM). Estuvo en algunos países de América Latina y de Europa, siempre representando dignamente a Cuba. En 1983 participó como jurado e intérprete en el IV Festival de la Canción Peninsular, celebrado en Mérida, Yucatán, (México), junto a César Portillo de la Luz y otros.

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A ese país regresó en 1985, para actuar junto al Conjunto Musical Son 14, dirigido por Adalberto Álvarez. En Cuba, trabajó en la radio y la televisión, en el Gato Tuerto, en el Pico Blanco del Hotel Saint John’s, y en los Jardines de la UNEAC, entre otros lugares que requirieron su presencia. Como compositor José Antonio Méndez fue un melodista fácil, sin vulgaridades, libre de rebuscamientos en el momento de concebir la melodía; tampoco se preocupó de hacer grandes disonancias ni transitó por el intrincado campo de las modulaciones. Lo que caracteriza a sus canciones es el dominio de la forma, su fluidez melódica, el uso correcto de las secuencias armónicas, la coherencia del texto y su correspondencia exacta con los acentos melódicos.

José Antonio Méndez murió en un fatal accidente el 10 de junio de 1989, a la edad de 62 años. Su música nos acompaña eternamente para gloria de Cuba.