Trinidad, verano a la vista

Foto: Carlos Luis Sotolongo

Por: José Rafael Gómez Reguera

Con los cuidados que demanda, ya el verano es una realidad en Trinidad, una ciudad turística por excelencia y que a sus bondades naturales se precia de ser, sobre todo, hospitalaria. No hay persona que llegue a la Ciudad Museo del Caribe y no se sienta como en casa. Al final, siempre sucede, el tiempo parece corto y los planes de volver quedan en la agenda.

Las playas sureñas son un verdadero remanso, tranquilas, siempre dispuestas recibir a quien quiera sumergirse en las aguas caribeñas, y gozar de los rayos solares hasta dorarse, protección de por medio para evitar los daños a la piel.

Ciudad adentro, la vida retoma su curso y pronto aparecerán otras opciones, aunque, entretanto, el minizoológico es una oportunidad nada despreciable para sentirse a gusto en medio de un sito acogedor, tanto como el propio Palacio de Pioneros, la Casa de Cultura, la biblioteca

Es Trinidad de esos pocos lugares en Cuba, sino el único, que en pocos kilómetros a la redonda tiene una ciudad única, un singular Valle de los Ingenios, la montañosa Topes de Collantes, sus playas… Es una combinación que atrae y enamora.