Rafael Fortún, campeón de las pistas cubanas

Por: Rafael Novoa Pupo

Rafael Emilio Fortún Chacón, atleta cubano también conocido como el Ciclón del Caribe, especializado en la carrera de velocidad, nació el 5 de agosto de 1919 en Camagüey.

Por su descendencia humilde, desde muy joven debió estudiar y trabajar a la vez, por lo que laboraba en una imprenta y adquiría conocimientos en el Instituto de Segunda Enseñanza de su ciudad natal.

Según precisa Ecured, Fortún se inició en competencias deportivas en los primeros años de la década de 1930 cuando jugaba béisbol, deporte donde exhibió dotes de buen fildeador, y también corría las bases como un rayo, pero en alguna ocasión confesó, que su verdadero amor era el salto alto.

Sus condiciones para practicar carreras de velocidad y el salto de longitud, le permitieron ser captado para perfeccionar sus virtudes naturales, no obstante, tuvo que afrontar enormes desafíos, y quizá por ello llegó tarde a la cima.

A los 27 años fue dueño del hectómetro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, efectuado en Barranquilla 1946 con una marca de 10.4 segundos. Dos años más tarde asistió a las contiendas olímpicas de Londres 1948, pero no pasó de las eliminatorias.

Las máximas figuras en la pista por Cuba fueron el camagüeyano Rafael Fortún y el pinareño Ángel García Delgado, quienes cargaron sobre sus hombros la responsabilidad de enfrentar a los mejores velocistas del mundo en las pruebas de 100, 200 y 400 metros planos.

Cuba, estuvo presente en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Guatemala en 1950, donde repitió las victorias. Otra vez en la prueba más rápida de los Juegos, Fortún no hace caso del aval olímpico de sus rivales Herb McKenley de Jamaica, plata en 400 metros, y Lloyd La Beach de Panamá, bronce en el hectómetro, quienes conocen también al cubano, monarca defensor centrocaribeño. Los primeros metros no son buenos para Fortún, pero aumenta el paso, logra emparejar, y con el clásico esfuerzo final, es válido para rematar un segundo por delante.

Como refiere Ecured, Rafael Fortún encabezó la selección cubana de atletismo a los I Juegos Panamericanos. En el Estadio Monumental de River Plate en Buenos Aires 1951, el velocista cubano lideró en 100 y 200 metros.  Al ganar los 100 metros planos en el atletismo con tiempo de 10,60, constituyó la primera presea dorada de los criollos, en estas justas continentales.

Fue el más destacado atleta de la justa. Sólo él, los peloteros y varios gimnastas en algunas especialidades, cosecharon peldaños cimeros. Su exitoso desempeño en la primera cita deportiva continental recibió los merecidos agasajos de la prensa de la época. Pero, por otro lado, resultó despedido al no laborar los días de competencia, pués el Ministerio de Obras Públicas, no le perdonó esos días sin laborar, y lo dejó sin empleo.

Rafael Fortún no consiguió pasar de las semifinales en los 100 y 200 metros planos.

En los VII Juegos Centroamericanos y del Caribe en México, el 5 de marzo en 1954, el bólido camagüeyano con 34 años de edad, ganó por tercera ocasión consecutiva en estas citas los cien metros planos, con la nota adicional de no haber perdido ningún heat eliminatorio ni semifinal en esas ediciones. En la final superó por una sola décima al fogoso jamaicano Leslie Laing, en tanto su compañero Raúl Mazorra finalizó tercero.

También señala Ecured, Rafael Fortún se retiró como atleta activo en 1955 cuando fue derrotado en dos oportunidades por Enrique Figuerola, quien con los años llegaría a ser también una estrella del atletismo cubano y mundial. Titulado como profesor de Educación Física, después del triunfo de la Revolución en 1959, se especializó como entrenador, labor que combinó con las de juez o auxiliar de arrancada en certámenes nacionales e internacionales. Así mismo transmitió sus experiencias a nuevos valores del atletismo cubano como Enrique Figuerola, Miguelina Cobián, Alberto Juantorena, Silvio Leonard y otros.

Por sus extraordinarios méritos, Fortún fue escogido para encender el pebetero durante la apertura de los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, que organizó La Habana en 1982. Sin embargo, antes del suceso la muerte lo derrotó en una desigual carrera, contra el cáncer.

Rafael Emilio Fortún, murió en su natal Camagüey el 22 de junio de 1982.  A 38 años de su deceso, el pueblo cubano no se olvida de sus hazañas. Este destacado atleta resultó elegido entre los 100 mejores deportistas cubanos del Siglo XX, y fue exaltado, además, al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo.

En homenaje a su trayectoria deportiva, el gobierno y estado cubano decidieron nombrar Campeonato Nacional Rafael Fortún, a la competencia de atletismo para el área de velocidad, que se celebra anualmente en Camagüey, con la participación de atletas de todas las provincias del país. (Con información de Ecured).